Horóscopo: los signos del zodiaco más desconfiados
Entre los signos del zodiaco, hay algunos que suelen ser muy desconfiados. Ya sea por su naturaleza o porque algo les pasó en la vida, estos signos suelen cerrarse y cuesta mucho caerles bien y formar parte de su círculo.
Incluso, pueden ser personas que se hagan notar en las reuniones, con las cuales parezca que está todo bien pero que siempre pondrán un muro invisible en sus relaciones y solamente aquellas personas que logren derribarlo, podrán formar parte del círculo íntimo de estos signos del zodiaco.
Esto no significa que sean malas personas, por el contrario. En ocasiones son así por culpa de otras personas, que hicieron de ellos, los signos del zodiaco más desconfiados.
Los signos más desconfiados del zodiaco
Virgo: los virginianos y virginianas realmente confían en muy pocas personas. Son los clásicos que dicen que los amigos los cuentan con las palmas de una mano y es verdad. El resto son compañeros, conocidos o personas que se ubican en esa línea delgada que divide a los que soportan y a los que no.
Leo: A los Leo les cuesta horrores confiar en la gente. Su mente retorcida hace que estén continuamente analizando el comportamiento de las demás personas para con ellos. Esto hace que siempre se pregunten si hay una segunda intención escondida.
Escorpio: Las personas nacidas bajo la influencia de este signo son bastante frías y herméticas de corazón. Aunque tienen un extraordinario don para meterse al personal en el bolsillo durante un evento público, pocos son los que consiguen entrar en su exclusivo círculo de amistades.
Capricornio: Les han hecho tanto daño después de entregarse en cuerpo y alma a los demás que ahora se han convertido en personas infranqueables. Les cuesta mucho confiar en alguien nuevo tras pasar por un momento de dolor.
¿Qué hay detrás de las personas desconfiadas?
La desconfianza es una actitud humana perfectamente normal y necesaria, ya que resulta imprescindible para nuestra supervivencia. Necesitamos desconfiar de aquellos elementos (personas, espacios, alimentos, proposiciones…) que resultan sospechosos por algún motivo, incluso aunque no sepamos explicar bien por qué.
En la vida no todo es bueno, recomendable o saludable, también existen muchos factores peligrosos e incluso letales, por eso necesitamos desarrollar un mecanismo de defensa que nos permita protegernos de esos potenciales peligros o cuestiones que no acaban de convencernos.
Otra cosa es que haya personas que se instalen en la desconfianza permanente y sistemática, porque estén instalados en el miedo permanente: todo es hostil, solo puedo contar conmigo, tengo que estar siempre a la defensiva porque si no comes, te comen.
Las personas desconfiadas sufren mucho, ¿por qué?
Viven con la percepción de que el mundo (los demás) es un lugar hostil en el que nadie es honesto, todo el mundo tiene en última instancia intereses ocultos que van contra ellas, o que consisten en querer dañarlas o aprovecharse de ellas.
La desconfianza extrema es en lo que se basa la paranoia, que no es sino el miedo sistemático a ser dañado o perseguido por otros y la creencia más o menos firme de que los demás son hostiles y desean atacarme. Obviamente, esto genera mucho malestar, angustia, soledad y hace que quienes sufren esto en un grado elevado tengan que emplear mucha energía en desplegar defensas para regularse, para equilibrar su sensación de amenaza.