El nuevo descubrimiento sobre el T-Rex: sus víctimas todavía están en su estómago

Un grupo de investigadores descubrieron un dato clave sobre la alimentación de esta especie, con un espécimen que murió y se fosilizó con comida en su interior
viernes 05 de enero de 2024

Existen muchos motivos por los que los dinosaurios nos causan tantísima curiosidad como seres humanos. Para empezar, durante nuestra infancia somos bombardeados por la industria juguetera y del entretenimiento con estos magnánimos animales que dominaron el planeta Tierra hasta su fatídica extinción. Además, la paleontología siempre nos deja una serie de historia muy divertidas e interesantes sobre cómo fueron estos animales. Así, no es de extrañar que existan juegos para verlos en 3D con realidad aumentada y que de vez en cuando descubramos nuevas cosas.

Ahora, se ha encontrado algo realmente curioso en el interior de un Tyrannosaurus Rex, posiblemente el animal que más curiosidad suscita por su enorme tamaño y por haber sido considerado durante muchos años - falsamente - como un superdepredador que dominaba la cadena evolutiva sin lugar a dudas. Vamos a ver qué es lo que encontraron en el estómago de este T-Rex.

Una sorpresa extraña pero importante

Un artículo publicado en la prestigiosa revista Science abre un camino muy interesante para entender la dieta de los Tyrannosaurus rex. Un dinosaurio fosilizado hace 75 millones de años tuvo su última cena antes de morir lo que nos permite reconstruir su dieta y descubrir cuáles eran las formas de alimentación de este tipo de animales.

Concretamente se trata de un Gorgosaurus libratus, una especie menor del Tiranosaurio y que guardaba en el interior de su estómago algo muy revelador: un ave formó parte de su dieta poco antes de pasar a mejor vida.

Siempre se ha pensado que este tipo de especies consumían grandes herbívoros, pero lo cierto es que su dieta fue evolucionando así como lo fueron haciendo los desafíos a los que debían adaptarse en su medio. Según las poblaciones crecían o descendían, estas especies tuvieron que hacer frente, con su enorme tamaño, a nuevas necesidades alimenticias.

Las víctimas eran concretamente crías. Tenían menos de un año de edad y eran dos animales de una especie conocida como Citipes. Como esta Tiranosaurio era pequeño, se cree que los más jóvenes optaban por presas también menores, mientras que aquellos que tenían tamaños más ciclópeos eran los que solían aventurarse con los gigantescos herbívoros que habitaban nuestro planeta.

Este descubrimiento no deja lugar a dudas: la naturaleza no es algo inmutable. Durante muchos años se ha divulgado de tal manera en la que parece que las cosas solamente podían ser de una sola manera. Sin embargo, los seres vivos tratan de adaptarse de las maneras más ingeniosas para poder sobrevivir. Algo que el propio ser humano ha hecho constantemente y que le ha permitido ponerse en lo más alto de la pirámide alimenticia. Lo mismo ocurre con el resto de especies.LaVanguardia