Graciela Báez Sosa recuerda el día que Fernando cumpliría 22 años

Este 2 de marzo, Graciela y Silvino visitarán a su hijo en el cementerio de la Chacarita, como lo hacen desde que lo asesinaron el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell
jueves 02 de marzo de 2023
Los restos de Fernando yacen en un nicho del Cementerio de la Chacarita
Los restos de Fernando yacen en un nicho del Cementerio de la Chacarita

Luego de haberse instalado casi un mes en la ciudad de Dolores, y tras el veredicto del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 que declaró a Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli, Luciano, Lucas y Ciro Pertossi como culpables del asesinato de Fernando Báez Sosa, Silvino y Graciela regresaron a su departamento de dos ambientes ubicado sobre a Avenida Pueyrredón al 1800, en el barrio porteño de Recoleta.

Al bajar del coche, ya en la madrugada del 7 de febrero, el matrimonio se sorprendió. “En la puerta del edificio encontramos rosarios, flores, estampas y varias otras cosas que la gente vino a dejar para Fer”, cuenta Graciela con la emoción aún a flor de piel. Al día siguiente, lo primero que hicieron ella y su marido fue ir al Cementerio de la Chacarita, donde están los restos de su hijo. “Fuimos a pasar un rato con él”, dice.

fernando-baez-sosa

Solo queda vivir de recuerdos

Este jueves se cumplen 24 días de la condena a los ocho rugbiers y, a los Báez Sosa se les suma otra fecha “movilizante”. Es que, hoy, 2 de marzo, su único hijo (brutalmente asesinado a golpes en la puerta del boliche Le Brique el 18 de enero de 2020, en Villa Gesell) hubiera cumplido 22 años.

“Mucha gente me decía que después de la sentencia tendríamos un poco de paz. Y sí, si bien se siente un poquito de paz, nada cambió demasiado porque mi hijo no está y no va a regresar. Hoy Fernando estaría cumpliendo 22 añitos y también tendría que estar cursando el tercer año de Derecho. Pero todo eso quedó trunco. Hoy yo tendría que estar preparando una torta, yendo a comprar gaseosas, pastafrola, medialunas y sándwiches de miga, que era lo que le gustaba a Fer, pero no va a ser así. Hoy iré a visitar a mi hijo a su tumba. Estaré un rato allí y le llevaré algunas flores. Más no puedo hacer porque está muerto”, dice.

Cancillería pone fin a un pacto comercial con Gran Bretaña por Malvinas que firmó el gobierno de Macri

Desde hace tres años, cada vez que se acerca el 2 de marzo, Graciela Sosa se dedica a hurgar en cajones o en los archivos de su celular y de la computadora. Busca fotos de otros cumpleaños de Fernando y rememora los momentos compartidos en familia. También recuerda la última vez que su hijo festejó su cumpleaños con ella y con Silvino, y con sus amigos de la secundaria, en la Plaza “Emilio Mitre”, ubicada a dos cuadras de su departamento.

“Fer quería hacerlo en un salón de fiestas. Buscamos algunos lugares y fuimos a verlos, pero como ninguno lo convenció al final decidió celebrarlo en la plaza cerca de casa. Le preparé una torta, cosas ricas para comer y le llevé todo para allá. Pusimos unas lonas para que pudieran sentarse en el pasto tipo picnic y disfrutar de la tarde. Lo pasaron muy lindo. Yo no me quedé porque a la noche había un segundo festejo en casa con sus compañeros de la primaria. Después de cenar fueron a tomar helado, que es lo que a él más le encantaba“, cuenta Graciela.

Así se llevaron a Greta Thunberg de una protesta

Y sigue: “La verdad es que extraño muchísimo a Fernando. Es muy duro que el día de su cumpleaños no pueda decirle: ‘Feliz cumple, mi amor’, como siempre lo hice. Es muy duro aceptar que solamente podré ir a llevarle una flor al cementerio y volver a casa. Trato de estar de pie igual que Silvino. Somos dos infelices que, a veces, no sabemos qué decirnos. Nos miramos y así pasamos el día”.