El FMI bajó su cálculo de crecimiento al 2% para la Argentina

En su tradicional informe sobre las perspectivas mundiales, dijo que "lo peor está por venir". Se espera para este año una inflación del 72%
martes 11 de octubre de 2022
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El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo sin cambios su proyección de crecimiento de la economía argentina para este año en el 4%, pero recortó un punto su expectativa de expansión de la actividad para el año que viene. Mientras que en julio pasado esperaba que el PBI creciera 3%, ahora redujo esa cifra al 2 por ciento. Además, movió hacia arriba sus previsiones de inflación para este año del 43% que esperaba a principios de año al 72,4% que proyecta ahora.

El Fondo reveló su tradicional informe de Perspectivas Económicas Globales (WEO, por sus siglas en inglés) en el marco de la Asamblea anual del organismo y del Banco Mundial que se celebra esta semana en Washington, donde llegan ministros de economía y presidentes de Bancos Centrales de todo el mundo para debatir los temas más urgentes.

Presentado por Pierre-Olivier Gourinchas, consejero económico del FMI, el reporte advierte que “la economía mundial continúa enfrentando grandes desafíos, por los efectos persistentes de tres fuerzas poderosas: la invasión rusa de Ucrania, una crisis de costo de vida causada por presiones inflacionarias persistentes y crecientes, y la desaceleración en China”.

El Fondo proyecta que el crecimiento mundial se mantendrá sin cambios en 2022 respecto de sus cálculos previos, en 3,2%, y se desacelerará a 2,7% en 2023, 0,2 puntos porcentuales menos que el pronóstico de julio. Advierte, además, que hay una probabilidad del 25% de que pueda caer aún por debajo del 2%.

“Más de un tercio de la economía mundial se contraerá en 2023, mientras que las tres economías más grandes, Estados Unidos, la Unión Europea y China, continuarán estancadas. En resumen, lo peor está por venir, y para muchas personas 2023 se sentirá como una recesión”.

Qué pasará con Argentina en 2023

La Argentina sigue la tendencia de este fenómeno global, aunque está atada a un programa de US$ 44.000 millones con el organismo, que está en continua supervisión. De hecho, el viernes pasado el directorio ejecutivo aprobó los números del segundo trimestre del año para otorgar un nuevo desembolso.

En su reporte anual, el FMI pronosticó que la Argentina crecerá un 4% este año y que el PBI subirá solo un 2% el año que viene. Las cifras están en sintonía con las reveladas la semana pasada por el Banco Mundial y un poco por arriba del promedio del crecimiento de Sudamérica, 3.6% este año y un 1,6% el próximo.

La inflación argentina es la segunda más alta de América latina, luego de Venezuela, y la cuarta en el mundo. Medida a fin de período, estiman que será de un 95% este año y bajará un poco, al 60% en 2023.

El desempleo, mientras tanto, será de 6,9% este año y el que viene, cifras un poco más bajas que en Brasil, Colombia, Paraguay y Uruguay.

En el informe, el Fondo advierte que “la invasión rusa de Ucrania continúa desestabilizando poderosamente la economía global. Más allá de la creciente y sin sentido destrucción de vidas y medios de subsistencia, ha llevado a una grave crisis energética en Europa, que está aumentando drásticamente los costos de vida y obstaculizando la actividad económica”.

La prioridad es la inflación

El FMI dijo que su perspectiva está sujeta a un delicado acto de equilibrio por parte de los bancos centrales para combatir la inflación sin ajustes monetarios excesivos, lo que podría empujar a la economía mundial a una “recesión innecesariamente severa” y causar interrupciones en los mercados financieros y penurias para los países en desarrollo.

Sin embargo, apuntó directamente al control de la inflación como la mayor prioridad.

Señalaron que la inflación es una de las mayores preocupaciones de las autoridades. “Las presiones inflacionarias persistentes y crecientes han desencadenado un endurecimiento rápido y sincronizado de las condiciones monetarias, junto con una poderosa apreciación del dólar estadounidense frente a la mayoría de las otras monedas”, señalaron.

“La credibilidad de los bancos centrales, ganada con tanto esfuerzo, podría verse socavada si evalúan mal una vez más la obstinada persistencia de la inflación”, dijo Gourinchas. “Esto sería mucho más perjudicial para la futura estabilidad macroeconómica”.

El Fondo pronosticó que la inflación general de los precios al consumidor alcanzaría un máximo del 9,5% en el tercer trimestre de 2022 y descendería al 4,7% en el cuarto trimestre de 2023.

Una “combinación plausible de shocks”, que incluye un aumento del 30% en los precios del petróleo desde los niveles actuales, podría oscurecer considerablemente el panorama, dijo el FMI, empujando el crecimiento global a apenas un 1,0% el próximo año, un nivel asociado con la caída generalizada de los ingresos reales.