Sin salida del cepo, el Gobierno se juega todo a derrumbar la inflación

El ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que “se dará en una tercera etapa del plan económico”
domingo 30 de junio de 2024
El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo
El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo

Tras quedar aprobada la Ley Bases en la Cámara de Diputados, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, brindaron una conferencia de prensa el pasado viernes para anunciar medidas económicas. “Recibimos un paciente en terapia intensiva y ahora estamos en una situación de recuperación”, sostuvo el titular de la cartera económica. 

Y si bien habrá que esperar hasta este lunes para conocer la reacción de los mercados, lo más probable es que se prolongue la apatía de las últimas semanas. La expectativa entre los inversores continúan, pero está claro que ya hace algún tiempo terminó la luna de miel con el nuevo gobierno.

Bausili se encargó de describir los detalles de la principal medida anunciada: los pasivos remunerados del Central pasan a estar en cabeza del Tesoro y se emitirá una letra de “regulación monetaria” que manejará diariamente el flujo con los bancos. El dato más importante es que el BCRA estaría cerrando así otra canilla de emisión monetaria, que son los intereses de los pases pasivos.

Sin embargo, la deuda no desaparece, solo que en vez de estar en cabeza del BCRA pasa al Tesoro. Puesto de otro modo, los bancos serán ahora acreedores del Gobierno y ya no más del BCRA. De por sí esto implica un mayor riesgo para las entidades: basta recordar el “reperfilamiento” de deuda en pesos que realizó el Tesoro en 2019, producto de la corrida cambiaria que se desató tras el triunfo de Alberto Fernández.

El volumen de la deuda en pesos era tan grande que el peligro era que se produjera una gran escalada del tipo de cambio y un gran salto inflacionario, ante la brutal caída de la demanda de pesos. Hernán Lacunza, ministro de Economía de aquel momento, recuerda que la alternativa era ir a una hiperinflación.

Tanto Bausili como Caputo reconocieron indirectamente ese mayor riesgo, cuando afirmaron que este cambio de deudor obligaba al Gobierno a comprometer un mayor superávit fiscal que el actual. La razón es que ahora debe pagar más intereses de la deuda que antes.

No hubo novedad alguna en relación a la política cambiaria: se mantiene el “crawling peg” del 2% sobre el dólar oficial y sigue el “dólar blend” para los exportadores.

¿Y el cepo?

¿Y el cepo cambiario? Quedó claro que goza de “buena salud”. Su levantamiento queda para una “tercera etapa”, la cual no tiene fecha de implementación. Solo se explicó vagamente que será cuando el país recupere “el camino del crecimiento”.

Fueron demasiadas imprecisiones, algo que seguramente no tendrá un buen impacto en Wall Street. La principal preocupación que tienen los inversores sobre Argentina no es la emisión monetaria ni el crecimiento, sino la capacidad de repago de la deuda. Por supuesto que el superávit fiscal es fundamental para hacer frente a los futuros vencimientos, pero en igual de importancia está el fortalecimiento de las reservas. Y en ese campo las noticias no son del todo buenas.

Tras haber caído a un nivel negativo de 10.000 millones de dólares, las reservas netas ahora son neutras. Eso fue producto de compras récord del Central por más de USD 17.000 millones en los primeros meses de gestión de Javier Milei. Ese proceso, sin embargo parece agotado. En junio el BCRA terminó con un leve saldo vendedor.

En julio habrá que enfrentar pagos por casi USD 3.000 millones y las reservas caerían por alrededor de USD 2.000 millones (una parte de la deuda está en manos del sector público). Pero además, es probable que el Central continúe sin comprar a pesar del superávit comercial.

Como el 20% que liquidan los exportadores va al contado con liquidación, son divisas que no puede comprar el BCRA. La elección de Caputo en este caso es clara: prefiere mantener a los dólares financieros bajo control que acumular más reservas, al menos en los próximos meses.

Si no aumentan las reservas se aleja en el tiempo la posibilidad de salir del cepo cambiario, lo cual repercute negativamente en el riesgo país. Tras la sanción de la ley de Bases y el paquete fiscal, los bonos continuaron de capa caída y el riesgo país superó los 1.450 puntos básicos. Todavía Argentina está muy lejos de regresar a los mercados financieros para refinanciar la deuda que vence, como hacen casi todos los países.