River parecía perdido, negado, falto de suerte, embrujado.

Entre el arquero y los palos del arco de Talleres, el “millo” parecía condenado a perder frente a los cordobeses.

Pero toda racha se corta, hasta las malas que de tanto serlo parecen eternas.

Y Borja lo comprobó cuando al filo de los '40 del segundo tiempo por fin pudo sacarse la mofa que lo persiguió durante tantos partidos, justo cuando su equipo más lo necesitaba.

La apertura del marcador y de los reproches

Antes, en el amanecer del complemento, Talleres se había puesto en ventaja con un contragolpe letal que se convirtió en la apertura del marcador y en la cruz de un equipo que naufragaba en la impotencia, hasta que su goleador lo rescató.

Al final, como era de esperarse, el local se le fue encima a su rival, sobre todo en esos 7 minutos de adición que para Talleres resultaron interminables.

Pero nada fue suficiente. El mismo colombiano lo tuvo y falló y en la contra la última chance fue para la T, desperdiciado con con cabezazo a las manos de Armani.

Al final se repartieron puntos. Los silbidos, no muchos, pero audibles, fueron sólo para el local.

El sinuoso andar de Talleres

Su rival tampoco tiene mucho margen de error, ya que si bien ganó su último Choque Local ante gimnasia, viene de caer en la segunda fecha de la copa libertadores, comprometiendo su futuro en el torneo continental.

Además Talleres, que tiene un sin uso andar en el torneo doméstico, hoy se ubica por debajo de la mitad de la tabla en su zona sin haber asegurado todavía su clasificación para la fase decisiva.