El padre de Fernando Báez Sosa pidió perpetua para los acusados de matar a su hijo

“Queremos saber qué dicen, por qué eran tan malos”, sostuvo Silvino a días de que se inicie el juicio contra los ocho imputados por el asesinato en Villa Gesell
viernes 30 de diciembre de 2022
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A días de que se inicie el juicio contra los ocho imputados de asesinar a Fernando Báez Sosa afuera del boliche Le Brique de Villa Gesell el 18 de enero de 2020, Silvino, su padre, pidió la prisión perpetua para los jóvenes que están detenidos desde ese momento, primero en la cárcel de Dolores y ahora en la Alcaidía Departamental La Plata 3, en Melchor Romero. “Queremos escucharlos”, aseveró el hombre, quien también reveló la cuenta pendiente que le quedó desde esa noche del homicidio a patadas en plena calle.

“Queremos la perpetua”, sostuvo Báez al respecto del juicio que comenzará el próximo lunes, cuando se verán las caras con los acusados. “Queremos escuchar su palabra. Nos imaginamos todo. Espero tener la fuerza para escucharlos y saber qué dicen, qué pasó esa noche, por qué eran tan malos con Fernando, por qué le pegaban a traición. Le rompieron la cabeza a patadas, quiero escuchar lo que van a decir”, indicó el papá del joven de 18 años al canal TN.

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Contó también que junto a su esposa, Graciela Sosa, tuvieron una reunión con su abogado, Fernando Burlando, quien quería saber cómo estaban para afrontar esta etapa judicial. “Graciela es una mujer guerrera, una mamá ejemplar. A veces me pongo a pensar y digo qué podría dar por ella para devolverle la felicidad. Anda triste, preocupada, ansiosa. Pero tiene fuerza y va para adelante, va por todo por su hijo Fernando, para que pueda tener justicia”, comentó.

En tanto, también rememoró aquella noche en que este grupo de jóvenes atentó contra su hijo. “Es complicado, uno puede tratar de ser el mejor padre, ayudar a sus hijos, pero una vez que sale de la casa uno no sabe lo que va a pasar. En un boliche se juntan muchas clases de personas, está el vicio y ahí cambia todo”, reflexionó Báez.

Y fue en ese momento cuando reveló una situación que siempre se replantea. “Les diría a los padres que acompañen a sus hijos, no está bien no dejarlos vivir, pero siempre me va a retumbar en mi mente no haber ayudado a mi hijo, eso me lo voy a llevar hasta la tumba”, comentó.

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Tras asegurar que le cuesta confiar en la Justicia, Báez también entendió que hay responsabilidad del boliche en lo que le ocurrió a su hijo, pese a que en este juicio no hay imputados vinculados al local bailable.

La clave de la estrategia de la defensa en el juicio a los rugbiers

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La acusación sostiene que aquella madrugada de enero de 2020, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli, Luciano, Lucas y Ciro Pertossi se pusieron de acuerdo para matar a Fernando Báez Sosa y, para ello, dividieron sus funciones. El plan, de acuerdo a la instrucción de la fiscal Verónica Zamboni, se pergeñó dentro del boliche “Le Brique”, tras un “empujón” en la pista de baile, y terminó de ejecutarse en la vía pública, frente al establecimiento bailable, con una golpiza mortal seguida de una huida.

De cara al debate, la estrategia de la defensa apunta (en el mejor de los casos) a evitar la pena de prisión perpetua. Para ello, el foco estará puesto en la calificación legal del expediente. El homicidio —delito que se les imputa a los ocho y el más grave del Código Penal— está doblemente agravado por “premeditación” y “alevosía”, ya que a Fernando “lo tomaron desprevenido y de espaldas” y “comenzaron a golpearlo en distintas partes del cuerpo”.

El argumento de la defensa es que los rugbiers no escaparon. En privado, sostienen que podrían haberse dado a la fuga, pero no lo hicieron. Tenían dos autos para huir, un Volkswagen Vento color negro, propiedad de Matías Benicelli, y al Chevrolet Corsa color gris, propiedad de Máximo Thomsen, vehículos con los que se trasladaron a la ciudad balnearia de Villa Gesell.

En la causa fueron sobreseídos Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi que, en un principio, habían sido señalados como partícipes necesarios del crimen. Los jóvenes oriundos de Zárate, que recuperaron la libertad el 10 de febrero de 2020, tras doce días de encierro en el penal de Dolores, fueron llamados a declarar como testigos junto a Pablo Ventura, el remero de Zárate falsamente acusado por el asesinato, que estuvo preso cuatro días y que, además, era víctima del bullying de los acusados.

Guarino y Milanesi son los últimos dos testigos de la lista de 177 personas, agendados para la audiencia de declaraciones, programada para el 18 de enero. Fueron requeridos tanto por la querella -liderada por Fernando Burlando y Fabián Améndola, representantes de los padres de Fernando- y de la defensa, a cargo del abogado Hugo Tomei.