El papa Francisco, quien falleció el pasado 21 de abril, fue enterrado en la basílica de Santa María la Mayor, cumpliendo así con una de sus últimas voluntades. Esta ceremonia se llevó a cabo el sábado y reunió a miles de fieles en el Vaticano, quienes asistieron para rendir homenaje al líder religioso argentino. 

El templo está dedicado al culto de la Virgen María. Su construcción data del año 432 y Francisco será el octavo papa enterrado en el templo. La basílica de Santa María la Mayor es una de las cuatro basílicas mayores de Roma y es conocida por su impresionante arquitectura y su rica historia. 

Su interior es majestuoso, con hermosos mosaicos, altares elaborados y una impresionante cúpula. Uno de los elementos más destacados es el mosaico del ábside, que representa a la Virgen María con el Niño Jesús. Además, la basílica alberga numerosas obras de arte y reliquias. 

Cómo es la basílica de Santa María la Mayor, el lugar donde fue sepultado el papa Francisco

Cómo es la basílica donde será enterrado el Papa

Santa María la Mayor es una de las cuatro basílicas mayores de Roma y tiene una rica historia que data del siglo IV, siendo reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1990

A diferencia de muchos de sus predecesores, el papa Francisco no descansa en las Grutas Vaticanas, donde han sido enterrados casi 90 papas desde 1914. Su elección de ser sepultado en Santa María la Mayor refleja su conexión especial con este lugar, al que visitó más de 115 veces durante su pontificado. 

Cómo es la basílica de Santa María la Mayor, el lugar donde fue sepultado el papa Francisco

La relación de la basílica con el cristianismo

La basílica, también conocida como Basílica de Santa María de las Nieves, tiene un origen legendario relacionado con una nevada milagrosa y la Virgen María, lo que la convierte en un sitio sagrado para muchos creyentes. La basílica de Santa María la Mayor ha sido testigo de importantes momentos en la vida de Jorge Mario Bergoglio, desde su elección como papa hasta su recuperación tras su última hospitalización. 

Este templo no solo es un lugar de culto, sino que también alberga la memoria de otros papas, siendo Francisco el octavo en ser enterrado allí. Entre sus predecesores, se encuentra Honorio III, quien aprobó la regla de los franciscanos, creando un vínculo histórico significativo. El interior de la basílica está adornado con impresionantes mosaicos bizantinos y oro traído de América, lo que añade un valor artístico y cultural a este lugar. 

La relación entre el papa Francisco y la basílica es aún más profunda debido a su conexión con la Compañía de Jesús, la orden religiosa de la que forma parte. En un hecho simbólico, el papa celebró su primera misa en este lugar junto a San Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas, hace casi 500 años.