Windows 11 vs. Windows 10: Qué cambios significativos debes conocer
Los cambios más relevantes y los requerimientos que debe superar el ordenador para que el sistema operativo funcione sin problemas.
A medida que se acerca el 14 de octubre de 2025, fecha oficial del fin del soporte para Windows 10, Microsoft intensifica su campaña para que los usuarios actualicen a Windows 11.
Con esta transición inminente, la empresa tecnológica ha reiterado cuáles son los requisitos mínimos de hardware que deben cumplir las computadoras para ejecutar el nuevo sistema operativo, que exige condiciones mucho más estrictas que sus predecesores.
Entre los cambios más relevantes, Windows 11 solo es compatible con procesadores de 64 bits, y requiere al menos 4 GB de memoria RAM y 64 GB de espacio en disco, frente a los 20 GB que pedía Windows 10.
Además, será imprescindible contar con TPM 2.0 (Módulo de Plataforma Segura) y la activación del arranque seguro (Secure Boot), lo que deja a fuera a miles de equipos antiguos.
¿Qué se necesita para instalar Windows 11?
Microsoft detalló que los requisitos mínimos para instalar Windows 11 son:
- Procesador: de 1 GHz o superior, con al menos dos núcleos y arquitectura de 64 bits.
- RAM: 4 GB como mínimo.
- Almacenamiento: 64 GB o más.
- Firmware del sistema: UEFI, con capacidad de arranque seguro.
- TPM: versión 2.0.
- Gráficos: compatibilidad con DirectX 12 o posterior, con controlador WDDM 2.0.
- Pantalla: HD (720p), mayor a 9” con 8 bits por canal de color.
- Conectividad: conexión a Internet y cuenta Microsoft obligatorias para versiones Home y Pro.
En cuanto a la compatibilidad de los procesadores, Microsoft especificó que Windows 11 es compatible únicamente con:
- Intel: 8ª generación en adelante.
- AMD: Ryzen 2000 en adelante.
- Qualcomm: Snapdragon X Series, 850, 7c, 8c, 8cx, SQ1, SQ2 y SQ3.
Cómo saber si tu equipo es compatible con Windows 11
Microsoft pone a disposición de los usuarios la herramienta oficial "Comprobación de estado del PC", que puede descargarse desde su sitio web o desde la Microsoft Store. Esta aplicación evalúa automáticamente la compatibilidad del sistema con los requisitos de Windows 11 y señala qué componentes no cumplen con las exigencias.
Uno de los puntos críticos es el TPM 2.0, una tecnología de seguridad que puede activarse manualmente en muchos equipos. Para verificarlo, se puede ejecutar la combinación Win + R, escribir tpm.msc y presionar Enter.
Si el módulo está activo, aparecerá su información. En caso contrario, se puede habilitar desde la BIOS, al igual que la opción Secure Boot, generalmente accediendo con las teclas F2 o F12 al iniciar el equipo.
¿Qué hacer si tu equipo no es compatible?
Frente a la incompatibilidad con Windows 11, los usuarios tendrán tres opciones claras:
- Actualizar el hardware para cumplir con los requisitos.
- Migrar a un sistema operativo alternativo, como alguna distribución de Linux.
- Continuar usando Windows 10 bajo su propia responsabilidad, pese a que dejará de recibir actualizaciones y parches de seguridad a partir de octubre.
Un futuro más exigente
Microsoft deja en claro que el futuro de su ecosistema operará bajo estándares más estrictos en seguridad y rendimiento.
“El salto a Windows 11 no es solo estético ni funcional, también responde a una necesidad de reforzar la protección del usuario frente a amenazas modernas”, señalan desde Redmond.
Con una interfaz más fluida, mayor integración con servicios en la nube y mejoras en rendimiento gráfico, Windows 11 apunta a convertirse en el nuevo estándar, pero exige a los usuarios hacer una evaluación técnica seria de sus equipos antes de dar el salto.