Los motivos detrás de la renuncia de Gonzalo Ascárate, el juez que ordenó devolver droga

Después de los cuestionamientos de Jaldo, el magistrado presentó la renuncia, que será aceptada formalmente hoy

Gonzalo Azcárate fue nombrado juez el año pasado.
Gonzalo Azcárate fue nombrado juez el año pasado.

El polémico fallo judicial en el que el magistrado Gonzalo Ascárate absolvió a un acusado de tenencia simple de droga y ordenó la devolución de la sustancia que le secuestraron sigue dando que hablar y después los cuestionamientos de Osvaldo Jaldo, presentó ayer la renuncia, que será aceptada formalmente hoy.

La sentencia despertó comentarios por haber absuelto a un imputado que había acordado ser condenado a tres años de prisión por tenencia simple de droga. Generó polémica por la inédita decisión de ordenar que le devuelvan 82 gramos de cocaína, tres gramos de marihuana y un blíster con cuatro psicofármacos que le habían secuestrado. Horas después, actuando de oficio, decidió anular el fallo y llamar a una audiencia. En ese debate, terminó condenando al imputado y ordenando eliminar el estupefaciente.

Desde el viernes hasta ayer de la mañana, la polémica resolución fue tema de análisis en los tres poderes del Estado. En el Ejecutivo se analizaron los pasos a seguir. En el Judicial esperaron preocupados cómo se desarrollaría el caso. En el Legislativo esperaban una lluvia de presentaciones de pedido de juicio político contra el magistrado.

Pero fue el gobernador Jaldo el que fijó una clara postura sobre el caso en un acto desarrollado en El Cadillal. “Tengo entendido que la Corte está tomando medidas. Ese juez no puede ser juez, por más que se haya retractado o que después haya emitido resoluciones en contra de su propia decisión”, subrayó. “Ese magistrado tiene que salir a la calle, recorrer los barrios y preguntarle a una madre lo que significa tener un hijo que consume drogas. Ahí se va a dar cuenta del daño que causó con esta decisión”, recalcó.

“La policía hace un gran esfuerzo, realiza un trabajo de inteligencia criminal para detener a quienes trafican drogas. Colaboramos con las fuerzas de seguridad nacionales, como en el Operativo Lapacho, donde hemos secuestrado hasta 63 kilos de cocaína y cientos de kilos de marihuana. Y, con todo esto, no entendemos cómo un juez no sólo ordena la liberación, sino que también dispone que se le entregue la balanza de precisión, la marihuana y la cocaína. Es como decirle: ‘Andá y seguí comercializando’”, señaló con indignación.

Jaldo instó a la Corte Suprema de Justicia de Tucumán a tomar medidas contra el magistrado. “No es un buen ejemplo, es todo lo contrario de lo que estamos haciendo como Provincia. Este juez tiene que dar muchas explicaciones, no sólo a la Corte o a los legisladores, sino fundamentalmente a la comunidad”, finalizó.

La reacción

El gobernador realizó esas duras declaraciones a las 11.30 aproximadamente. Una hora después, Ascárate presentaba su renuncia a través de un mail que llegó a la Superintendencia de la Corte Suprema de Justicia a las 14.27. Tres minutos después se abrió el expediente y, antes de las 17, la dimisión ya había ingresado a Casa de Gobierno. Jaldo, por problemas de agenda, no la firmó. Lo hará hoy a primera hora.

“Esta decisión responde a motivos de carácter estrictamente personal, los cuales me llevan a concluir esta etapa de mi trayectoria profesional dentro del Poder Judicial de la Provincia”, argumentó. “Aprovecho la oportunidad para expresar mi agradecimiento al Poder Judicial y a sus integrantes por el acompañamiento, las experiencias y los aprendizajes durante mi gestión, así como por la confianza depositada en mí para ocupar tan honorable posición”, agregó.

Ascárate fue funcionario judicial durante varios años. Estuvo involucrado en situaciones polémicas que no le impidieron llegar a ser magistrado. Cuentan en los pasillos de tribunales que fue uno de los que más concursos ganó para ocupar ese cargo, ya que apareció en varias ternas.

Al haber presentado su renuncia, quedarán desestimados los dos pedidos de juicios políticos que se habían realizado. Los empleados judiciales más memoriosos no recuerdan que un magistrado haya ocupado tan efímeramente el cargo.