Tras la condena, qué puede pasar con Donald Trump

El fallo dejó al país en shock. Nadie sabe qué pasará ahora con la candidatura del líder republicano. Las posibilidades que tiene de terminar en prisión
viernes 31 de mayo de 2024
El ex mandatario estadounidense Donald Trump
El ex mandatario estadounidense Donald Trump

Un jurado de Nueva York condenó a Donald Trump por todos los cargos en su caso de dinero por silencio, en un hecho sísmico a apenas cinco meses de las elecciones en las que busca reconquistar la Casa Blanca.

El precandidato presidencial republicano, que se dio a conocer como un impetuoso magnate inmobiliario antes de un asombroso ascenso al cargo más alto del país en las elecciones de 2016, se enfrenta ahora a la cárcel o, más probablemente, a la libertad condicional.

En teoría, podría enfrentarse a hasta cuatro años de cárcel por cada cargo de falsificación de registros comerciales, pero los expertos legales dijeron que, como delincuente por primera vez, es poco probable que vaya tras las rejas.

Todos los escenarios de un fallo que dejó a Estados Unidos boquiabierto

Trump podrá ser condenado hasta a cuatro años de prisión. La sentencia podría implicar solo una multa, libertad condicional o la cárcel, aunque este último escenario es considerado el menos probable. Pero hay un antecedente. Eugene Debs hizo campaña desde una celda de prisión hace más de un siglo. Como candidato del Partido Socialista, obtuvo el 6% de los votos en las elecciones de 1920. Entonces estaba en prisión bajo el cargo de sedición a causa de su oposición a la I Guerra Mundial. Recién saldría de la cárcel un año después.

Por eso, nadie duda de que Trump puede ser candidato después de recibir su condena, que será decidida por el juez Juan Merchan. La Constitución estadounidense establece muy pocos requisitos de elegibilidad para los presidentes. La lista es escueta: deben tener al menos 35 años y haber nacido y vivido en el país por lo menos durante 14 años. No hay un solo condicionante que refiera a su prontuario.

Pero aquí surge la primera incógnita. Algunos estados podrían intentar remover a Trump de las boletas del Partido Republicano si aprueban leyes que exijan a los candidatos no tener antecedentes. Sin embargo, la Corte Suprema dictaminó por unanimidad en marzo que los estados no podían excluir a Trump de las elecciones argumentando la violación de la Sección 3 de la Decimocuarta Enmienda, que descalifica a las personas que “participaron en insurrección o rebelión”, como la toma del Capitolio del 6 de enero de 2021.

Otra duda surge sobre qué hará ahora el Partido Republicano. Trump tiene virtualmente ganada las primarias, aunque resta la formalidad de que sea nominado en la convención de julio en Milwaukee. Para Alvarado, eso abriría una grieta que podría ser aprovechada por el ala disidente.

“Tiene los votos, pero el acto de ser nominado aún no ha ocurrido. Aquí todo es posible, hasta que sea removido por su propio partido. La condena encenderá a sus seguidores, pero las encuestas sostienen que los independientes, que lo respaldaron en 2016, le darían la espalda. Y nadie puede ganar sin el apoyo independiente”, afirmó Alvarado.

No obstante, el diario The New York Times aseguró que el partido no tiene ningún mecanismo para nominar a otra persona que no haya resultado vencedor en las internas.

Otra incógnita es si Trump podrá votar en las elecciones. La respuesta es ambigua: probablemente no. Si cumple prisión efectiva o bajo arresto domiciliario, no podrá ejercer su derecho a sufragar. El expresidente está registrado en Florida. Generalmente, en ese estado los reos pierden ese derecho constitucional. Si cambia su domicilio a Nueva York, donde las leyes son más permisivas, podría ser habilitado si se encuentra bajo libertad condicional.

Pero el caso más extremo se daría con Trump en prisión. Sin posibilidad de hacer campaña, pero bajo la custodia del servicio secreto en su calidad de expresidente, esperaría el resultado en su celda. Y en caso de ganar, Estados Unidos tendría a su primer presidente reo de su historia, algo que no tiene antecedentes en el mundo. “En la práctica, escribió The New York Times, la elección de un presidente preso crearía una crisis jurídica que casi con toda seguridad tendrían que resolver los tribunales”.

En su análisis, el diario neoyorquino fue más allá: “En teoría, Trump podría ser despojado de su autoridad en virtud de la Vigésima Quinta Enmienda, que establece un proceso para transferir la autoridad al vicepresidente si el presidente es “incapaz de cumplir con los poderes y deberes de su cargo”. Pero eso requeriría que el vicepresidente y una mayoría del Gabinete declararan a Trump incapaz de cumplir con sus obligaciones, una perspectiva remota dado que se trataría de leales designados por el propio Trump”.

En ese marco, podría presentar una demanda para su liberación con el argumento de que su encarcelamiento le impide cumplir sus obligaciones constitucionales como presidente. O que el gobernador de Nueva York, donde ocurrieron los delitos por los que fue condenado, lo indulte o conmute su sentencia. La Corte Suprema tendría aquí la última palabra. Otra posibilidad es que un fiscal general nombrado por Trump retire los cargos y de por terminados los casos federales.

“Todas las preguntas que nos venimos haciendo en las últimas semanas se convirtieron en realidad”, resumió Alvarado.