La Hora del Planeta: campaña por el cambio climático

Este 26 de marzo se conmemora el Día Mundial del Clima y desde el año 2007, se realiza esta campaña que invita a reflexionar sobre el impacto ambiental.
sábado 26 de marzo de 2022
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El 26 de marzo de cada año se conmemora el Día Mundial del Clima, una fecha que surgió por decisión de las Naciones Unidas. El objetivo es concientizar, informar y advertir sobre la adaptación al cambio climático, la importancia de las acciones y actividades del ser humano que traen riesgos y atentan contra la vida en las diferentes escalas espaciales y temporales.

Este año 2022, coincide el 26 de marzo con el último sábado de marzo, noche en la que se celebra desde el 2007 "La Hora del Planeta". Este evento es más que un símbolo, es un movimiento global en defensa del medio ambiente y de las personas.

¿Qué es la Hora del Planeta?

La Hora del Planeta nació en Sidney en 2007 como un gesto simbólico para llamar la atención sobre el problema del cambio climático. Un gesto sencillo que consiste en apagar las luces de edificios y monumentos emblemáticos, durante una hora de 20.30 a 21.30 hora local.

Un símbolo con el que queremos recordar que la naturaleza es el sistema de soporte vital del planeta, que nos brinda todo lo que necesitamos, desde el aire que respiramos hasta el agua que bebemos y los alimentos que comemos y que debemos defenderla ahora para salvaguardar la salud de nuestro planeta y, a su vez, nuestra propia salud y bienestar.

Cambio climático en 2022: informe de la ONU

El cambio climático causado por el ser humano está provocando una disrupción peligrosa y generalizada en la naturaleza y está afectando la vida de miles de millones de personas en todo el mundo, afirman los científicos en el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado el 28 de febrero.

Las personas y los ecosistemas que tienen la menor capacidad de respuesta son los más afectados. El aumento de olas de calor, sequías e inundaciones ya ha superado los umbrales de tolerancia de las plantas y los animales, y ha provocado la mortalidad en masa de diversas especies, como árboles y corales.

Estos fenómenos meteorológicos extremos se producen de manera simultánea, lo cual genera impactos en cascada que resulta cada vez más difícil controlarlos. Debido a estos fenómenos, millones de personas han quedado expuestas a una situación de inseguridad alimentaria e hídrica aguda, especialmente en África, Asia, América Central y del Sur, así como en islas pequeñas y el Ártico.

A fin de evitar una mayor pérdida de vidas, biodiversidad e infraestructura, es preciso tomar urgentemente medidas ambiciosas de adaptación al cambio climático y, a la vez, lograr reducciones rápidas y pronunciadas de las emisiones de gases de efecto invernadero.