Los parecidos físicamente comparten similitudes genéticas

Un estudio reveló que los individuos que se parecen mucho aunque no se conozcan, comparten el genotipo. También rasgos físicos, como el peso y la altura.
jueves 25 de agosto de 2022
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Ahora, un estudio publicado en la revista Cell Reports por el grupo de Manel Esteller, director del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, profesor de Investigación ICREA y catedrático de Genética en la Universidad de Barcelona, demuestra por primera vez cuál es la causa de que encontremos individuos casi idénticos en distintos lugares del mundo.


El equipo ha basado su trabajo en una colección de fotos de personas que se parecían, aunque no estuvieran emparentadas, junto con un análisis de ADN. La investigación reveló que una fuerte similitud facial está asociada con variantes genéticas compartidas. 
Esteller: "Este conjunto nos ha permitido estudiar cómo la genómica, epigenómica y microbiómica pueden contribuir al parecido humano"La existencia de falsos gemelos de una persona ha sido motivo de atención en las artes y en la cultura popular, pero nunca había sido abordada desde el punto de vista científico. "Nosotros lo que hemos hecho es recopilar material biológico de estos individuos extremadamente parecidos —también llamados look-alike en inglés o doppelganger en alemán— para ver si encontrábamos una razón objetiva de su similitud", dice Esteller.

Para llevarlo a cabo, los autores reclutaron a un grupo de dobles humanos a partir del trabajo fotográfico de François Brunelle, un artista canadiense que lleva obteniendo imágenes de personas que se asemejan sin ser familia en todo el mundo, desde 1999. Obtuvieron fotos de cabezas de 32 parejas parecidas.

Algoritmos de reconocimiento facial y ADN de saliva


Luego, determinaron una medida objetiva del parecido de los pares de personas semejantes, utilizando tres algoritmos diferentes de reconocimiento facial. Además, los participantes completaron un exhaustivo cuestionario biométrico y de estilo de vida y proporcionaron ADN de saliva para el análisis multiómico. "Este conjunto único de muestras nos ha permitido estudiar cómo la genómica, la epigenómica y la microbiómica pueden contribuir al parecido humano", explica Esteller.

 
Según detalla el investigador español, "primero las personas con parecidos razonables fueron sujetas a programas de reconocimiento facial que permitieron descubrir parejas de individuos que eran casi indistinguibles entre sí, y luego analizamos su secuencia de ADN, su perfil epigenético y su composición de microbios —microbioma—. Descubrimos que los dobles humanos comparten variaciones similares de su ADN, particularmente en relación a genes involucrados en la formación de la boca, la nariz, los ojos, la barbilla y la frente".

Las claves para evitar un envejecimiento prematuro

Esteller: "Resultó curioso comprobar que la semejanza se extendía a ciertos rasgos del carácter y comportamiento""El principal hallazgo es que estas parejas de dobles humanos, que no son familia, comparten variantes genéticas —cambios en su ADN—, por eso son tan parecidos, mientras que sus diferencias son debidas a distinta composición de su epigenoma —la modificación química del material genético denominada metilación que regula la expresión de los genes— y al diferente contenido de bacterias y virus en sus cuerpos", destaca el científico.

"Debido a que la población humana es en la actualidad de 7.900 millones es cada vez más probable que se produzcan estas repeticiones", agrega Esteller. Asimismo, destaca otro hecho: "Resultó curioso comprobar que la semejanza de estas parejas de dobles no solo se ceñía a las características faciales si no que, además de afectar a otras propiedades físicas —altura y peso—, también se extendía a ciertos rasgos del carácter y comportamiento, como el tabaquismo y la educación".

Los resultados del estudio de los parecidos


Los resultados determinaron que las parejas parecidas compartían composiciones genéticas similares, o “genotipos”. No obstante, no coincidían en la metilación del ADN (la regulación de la expresión génica) y en los paisajes del microbioma (comunidades de bacterias, virus y hongos).

Los rasgos físicos, como el peso y la altura, y los de comportamiento, como el tabaquismo y la educación, se correlacionaron entre los parecidos. Esto da a entender que la variación genética compartida además de estar relacionada con una apariencia física similar, también puede influir en comportamientos y hábitos comunes.

“Nuestro estudio proporciona una visión poco común de la semejanza humana al demostrar que las personas con rostros extremadamente parecidos comparten genotipos comunes, mientras que son discordantes a nivel del epigenoma y el microbioma”, detalló el experto, que a su vez es profesor de investigación ICREA y profesor de Genética en la Universidad de Barcelona.

    

Limitaciones del estudio


Los investigadores señalan varias limitaciones del estudio, como el pequeño tamaño de la muestra, la utilización de imágenes 2D en blanco y negro y la falta de diversidad entre los participantes. Sin embargo, esperan que los resultados puedan ser útiles para futuros estudios en los campos de la biomedicina, la evolución e incluso la medicina forense. En este sentido, Esteller concluyó: “El reto final sería predecir la estructura del rostro humano basándose en el paisaje multiómico del individuo”.

El estudio llega poco después de que los investigadores revelaran que la probabilidad de encontrar a tu doble es de una entre un trillón. Teghan Lucas, estudiante de doctorado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Adelaida, llevó a cabo el estudio utilizando una gran base de datos de medidas faciales y corporales de casi 4.000 individuos, combinada con ecuaciones matemáticas, y descubrió que, utilizando una combinación de ocho rasgos métricos faciales, la probabilidad de encontrar dos rostros con las mismas medidas en la población general era inferior a una entre un trillón.