Manzur, su charla con Cristina y la idea de volver a Tucumán
En medio de la incertidumbre que se vive por estas horas en el país tras la renuncia del ministro Martin Guzmán a la cartera de economía, comenzaron a conocerse eventos previos a la dimisión, que sugieren una diáspora inminente de funcionarios, temerosos de que el naufragio de la gestión de Alberto Fernández los arrastre lejos de alguna costa salvadora en el ahora lejano 2023.
Uno de ellos fue un encuentro reservado entre la vicepresidenta Cristina Kirchner y el jefe de Gabinete Juan Luis Manzur, quien acudió a la titular del Senado para exponer su desencanto con la gestión encabezada por el hombre que ella eligió en 2019 para que condujera los destinos del país.
A nadie escapa que Manzur, sin posibilidad de reelección en Tucumán, apostó a que su llegada al estratégico cargo de jefe de ministros sea su plataforma de lanzamiento para una candidatura nacional. Habituado a pensar en grande sobre su carrera política, hasta se habrá animado a soñar con ser el sucesor del hombre al que respaldó con el armado de la Liga de Gobernadores Peronistas.
La dura realidad
Pero la cruda realidad de una gestión errática, que nunca logró domar la inflación y llenó de manchas de corrupción el oscuro manejo de la pandemia, que le asestó al aparato productivo un golpe de nocaut, obligó al aterrizaje forzoso de las ambiciones del médico sanitarista tucumano, cuando aún estaban carreteando.
Fue entonces que buscó la venia de la mujer que lo había ungido carta mediante para que fuera puesto en la Jefatura de Gabinete cuando Fernández tuvo que sacrificar a Santiago Cafiero, uno de los pocos incondicionales que lo acompañó desde el comienzo de su mandato.
Dicen desde el entorno más íntimo de la ex presidenta que ella le pidió que permanezca en el cargo durante un tiempo más.
La pregunta sobre si Manzur está dispuesto a seguir inmolándose a la cabeza de un gabinete al que la renuncia de Guzmán redujo a un tembladeral, parece respondida por las versiones cada vez más fuertes de que Sergio Massa será quien lo reemplace.
Quedaran entonces para el tigrense las aspiraciones presidenciales, si es que logra erigirse en el piloto de tormentas que enderece el rumbo de un país por estas horas sumido en una incómoda incertidumbre.
Para Manzur la opción será volver a Tucuman, retomar el poder y armar, en pocos meses, una estrategia que le permita seguir cobijado al calor del poder, aunque eso implique reeditar la feria interna que dividió al peronismo local en 2021.
