Dinamarca se une a la política de defensa común de la UE

Tras el referéndum, un 67% de los votantes se inclinaron por eliminar la cláusula de excepción que impedía la participación del país en misiones europeas.
jueves 02 de junio de 2022
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Con la guerra de Ucrania de fondo, los votantes daneses han decidido en referéndum que se elimine la cláusula que mantenía a Dinamarca al margen de la política común de defensa de la Unión Europea (UE) a pesar de que, paradójicamente, es uno de los miembros más activistas de la OTAN. Según el sondeo a pie de urna de la cadena TV2, un 67,4% de los electores ha votado "sí" a la adhesión a la política común, mientras que un 32,6% ha optado por el "no".

Hasta hoy, los daneses tenían cuatro cláusulas de excepción respecto a la UE desde que, en junio de 1992, rechazaron el Tratado de Maastricht en un primer referéndum. Durante los meses siguientes, el Parlamento danés negoció las cuatro excepciones al acuerdo y, en mayo de 1993, una pequeña mayoría votó a favor de una incorporación limitada a Maastricht que seguía dejando fuera la cooperación en materia de defensa, el euro y partes de la política jurídica.

Las otras tres cláusulas siguen en pie. La de defensa, sin embargo, ya es historia. Hasta ahora había impedido que Dinamarca participase en las operaciones militares de la UE, once desde 2003, entre ellas, la reconstrucción en los Balcanes, la lucha contra la piratería en el Cuerno de África o la acción contra el tráfico de personas en el Mediterráneo.

La mayoría parlamentaria a favor del "sí" era abrumadora. Diez de los trece partidos del Folketing querían deshacerse de la cláusula. Desde los socialdemócratas, en el Gobierno, hasta los liberales y los conservadores, principales formaciones de la oposición. En total, algo más del 80% de los escaños. Su principal argumento era que, en vista de la nueva situación de seguridad provocada por la invasión rusa de Ucrania, resulta necesario que la colaboración con el resto de los miembros de la UE en materia de defensa sea mucho mayor.

El "no" lo defendían sólo la extrema izquierda, que ve con grandes reticencias eventuales operaciones en África, y los nacionalistas de derecha, que temen un incremento en gastos y un debilitamiento de la OTAN. "Nuestras fuerzas armadas están actualmente muy presionadas en cuanto a material y personal", había manifestado Pernille Vermund, líder de Nueva Derecha. "No tenemos medios suficientes para participar en las misiones de la UE. Es una cuestión de finanzas y prioridades. Debemos centrarnos en nuestra defensa territorial y en la OTAN".

Entre el electorado, sin embargo, las encuestas reflejaban una división mayor que en el Parlamento, aunque con clara ventaja del "sí". Se especulaba, sin embargo, con que el alto número de indecisos pudiese provocar una sorpresa de última hora. En parte por un cierto desinterés hacia la cuestión, y en parte por el tradicional euroescepticismo de un amplio sector de la población. Probablemente, el mayor desafío para los políticos daneses ante el referéndum ha sido explicar por qué resulta necesario adherirse a la política de defensa común de la UE cuando Dinamarca pertenece ya a la OTAN, y además como miembro fundador.

En cualquier caso, sí es cierto que decir adiós a la cláusula simplificará considerablemente la política militar danesa, que en este siglo se ha caracterizado por ser una de las más activistas de Europa, pero que ha estado lastrada por una especie de "doble personalidad" en relación con la Alianza Atlántica, por un lado, y la UE, por otro.

Aunque algunos medios extranjeros enormemente despistados han comentado que el fin de la cláusula supondría también el fin de una supuesta Dinamarca "pacifista", lo cierto es que, desde 2001, los daneses han sido, junto al Reino Unido, los aliados más estrechos de Estados Unidos, participando activamente tanto en la guerra de Afganistán como en la de Irak. Y no sólo en misiones de apoyo, sino en primera línea de combate. De hecho, con 43 soldados muertos durante el conflicto afgano, es el país de la coalición que sufrió más bajas en proporción a su población.

De momento, las otras tres cláusulas no parecen correr ningún peligro. Que la economía danesa haya sido una de las que mejor ha resistido las últimas crisis globales ha reducido a mínimos el interés por unirse al euro, mientras que la excepción legal se antoja totalmente intocable al garantizar un altísimo grado de autonomía en inmigración y control de fronteras, dos aspectos clave en el actual panorama político danés.

La cuarta cláusula es hoy de facto irrelevante. Se introdujo para garantizar que la ciudadanía de la Unión no se convirtiera en algo parecido a la nacional o la sustituyera por completo, pero, desde entonces, esta garantía se ha incluido directamente en el texto del Tratado, de modo que se aplica a todos los países de la UE.

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Fuente: El Mundo