Denuncian la formación de un basural en el barrio Obispo Piedrabuena
Los vecinos aseguran que han hecho el reclamo a la empresa 9 de Julio y a la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, pero no hubo respuesta favorable.
En el corazón del barrio Obispo Piedrabuena, la situación es crítica. Desde hace dos semanas, los residentes han estado lidiando con un problema que no solo afecta su calidad de vida, sino que también plantea serias preocupaciones ambientales y sanitarias.
La calle José Hernández, entre Álvarez Condarco y Pasaje 1ro de Mayo, se ha convertido en un basurero a cielo abierto, donde la acumulación de residuos no habituales se ha vuelto insostenible. A pesar de los reiterados reclamos realizados a las autoridades competentes, incluyendo al Transporte 9 de Julio y a la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, con el número de gestión 13086, la respuesta ha sido nula. La desidia por parte de los organismos encargados de la gestión de residuos es alarmante.
Los vecinos, impotentes ante la situación, ven cómo sus denuncias caen en un vacío administrativo que parece no tener fin. La acumulación de basura en esta zona no es un hecho aislado; representa un síntoma de un problema más amplio que afecta a todo el país. Argentina cuenta con más de 5.000 basurales a cielo abierto, lo que pone de relieve la ineficiencia en la gestión de residuos urbanos.
Las autoridades, en lugar de implementar políticas efectivas y sostenibles, parecen estar más enfocadas en el corto plazo, ignorando el daño a largo plazo que esta falta de acción puede causar. Los vecinos, alzando su voz, expresan su preocupación por el impacto que esta situación genera.
La presencia de residuos en la vía pública no solo afecta la estética del barrio, sino que se convierte en un foco de contaminación y un criadero de plagas, poniendo en riesgo la salud de quienes viven en las cercanías. La posibilidad de enfermedades y la proliferación de vectores como ratas y mosquitos es un riesgo que no deben asumir. La falta de respuesta de las autoridades no solo es decepcionante, sino que pone de manifiesto la necesidad urgente de un cambio en la forma en que se manejan los residuos en el país.
Los vecinos del Barrio Obispo Piedrabuena han decidido no permanecer en silencio ante esta situación insostenible. Exigen una intervención rápida y efectiva que no solo limpie el área afectada, sino que también establezca mecanismos de control para evitar que este tipo de situaciones se repitan en el futuro. Es hora de que las autoridades escuchen y actúen. La salud y el bienestar de la comunidad no pueden quedar relegados a la indiferencia de un sistema que parece haber olvidado su responsabilidad ante los ciudadanos. El tiempo de la acción efectiva es ahora, antes de que la acumulación de basura en el barrio se convierta en un problema aún más grave.