La tecnología se ha convertido en protagonista principal de nuestra cotidianeidad. La usamos para absolutamente todo: trabajo, estudio, pedidos de delivery, entre otros; aunque la función principal pareciera ser el ocio.

La adicción al celular es cada vez mayor, sobre todo en las nuevas generaciones. El smartphone se ha convertido en una extensión de sus cuerpos, y la mirada de los más chicos suele estar puesta, frecuentemente, en la pantalla.

Como si fuera poco, el celular aporta opciones para consumir películas, series y programas, por lo que también complementa a la televisión, y aunque hay mucha gente que aún prefiere la pantalla grande, el dispositivo ha ganado terreno también en este campo.

El uso del celular se ha transformado en un hábito, matando a otros tipos de acciones como la charla cara a cara, que ha sido reemplazada por los chats: un sistema de mensajería que se replica en casi todas las aplicaciones y redes sociales existentes para teléfonos móviles.

Lo cierto es que nos hemos convertido en esclavos de la tecnología, y esta afirmación no es una mera opinión, sino que es posible respaldarla a través de datos que aportaron diferentes jóvenes, acerca del uso abusivo del celular.

Para dar un ejemplo, una joven estudiante universitaria afirmó usar el celular 14 horas por día: una verdadera locura si pensamos que, si tenemos en cuenta que el descanso recomendable en la noche es de 8 horas, la joven estaría usando su smarttphone casi todas las horas que está despierta.

Una compañera de la chica comentó que, en su caso, está con el celular entre 7 y 9 horas por día, dependiendo la jornada, y expresó que, aunque no le gustaría usarlo tanto, es una situación que no puede evitar.

Ambas jóvenes tienen 20 años, y a simple vista, a medida que aumenta la edad, disminuye el uso del smartphone. Este es el caso de Julieta, que con 21, afirma usar el celular un promedio de 3 horas por día, aunque ese tiempo aumenta en vacaciones, en donde asegura estar alrededor de 7 u 8 horas con el smartphone en mano, y si vamos progresando en edad, nos encontramos con un chico de 23 que lo usa entre 5 y 8 horas al día.

Algo similar ocurre con Martín y Fernando, que con 25 años, le confiesan a este medio que el uso del teléfono celular oscila en las 3 horas y media; número que ambos consideran excesivo, a pesar de que también lo deben usar también por las características de los trabajos en los que se desempeñan.

Consecuencias de la “adicción” al teléfono celular

Las principales consecuencias de la adicción al teléfono celular son:

  • Aislamiento social: la persona pasa cada vez más tiempo conectada y descuida sus relaciones interpersonales.
  • Alteraciones en la conducta: la propia dependencia genera tensión e irritabilidad, las cuales provocan cambios en el comportamiento, haciendo que la persona sea menos solícita y se muestre más agresiva de lo habitual.
  • Cambios en el estado de ánimo: las adicciones suelen provocar desequilibrios emocionales que dan lugar a trastornos como la depresión y la ansiedad.
  • Problemas de comunicación: los adictos se relacionan cada vez más a través de la tecnología, por lo que sus habilidades sociales terminan resintiéndose, sobre todo cuando la adicción se asienta en la adolescencia, una etapa en la cual estas competencias aún no se han desarrollado lo suficiente.
  • Dificultades para conciliar el sueño: la exposición continua a la luz azulada que emite el celular inhibe la producción de melatonina, una hormona que induce el sueño. Como resultado, los adictos al móvil pueden padecer insomnio. Además, la preocupación constante por la posibilidad de que llegue un mensaje o una llamada mientras duermen, también les impide dormir tranquilamente.
  • Inseguridad: los adictos al celular suelen tener miedo a estar sin teléfono, una sensación que no les abandona y genera una gran inseguridad.
  • Alucinaciones: el 80% de las personas que tienen un smartphone han escuchado su teléfono sonar cuando en realidad no lo hacía. En los adictos al celular este fenómeno cobra aún más fuerza, es lo que se conoce como “alucinaciones fantasma” y están provocadas por la tensión de estar pendientes del móvil, lo cual les lleva a imaginar que este vibra o suena.
  • Problemas de atención y memoria: al estar continuamente pendientes del celular, estas personas comienzan a presentar problemas de atención y concentración, que terminan provocando dificultades en la memoria.
  • Síndrome de abstinencia: la persona siente una gran angustia, ansiedad e irritabilidad cuando es privada del móvil. Mientras mayor sea la dependencia, más agudo será ese malestar, hasta el punto de que puede crear confusión y una sensación de falta de control muy intensa.

Más allá de los problemas en el ámbito psicológico, no se debe ignorar que el uso desmedido del móvil o de cualquier tecnología puede dar lugar a lesiones a nivel físico. La adicción al móvil también le pasa factura a nuestros ojos, músculos, ligamentos, articulaciones y vértebras.