Por qué caminar después de comer trae muchos beneficios
A cualquier parte de tu organismo puede venirle bien una caminata, por lo que es de las primeras cosas que los médicos recomiendan cuando acudimos a una consulta
Si ya conocemos numerosos beneficios de esta actividad, nunca parecen suficientes, pues los estudios científicos siguen encontrando nuevos. A cualquier parte de tu organismo puede venirle bien una caminata.
Los científicos descubrieron que caminar después de comer tiene muchísimos beneficios para la salud, entre ellos reducir los niveles de azúcar en sangre.
En un metaanálisis, publicado en la revista Sports Medicine, a través de siete estudios se compararon los efectos que tiene estar sentado de frente a estar de pie o caminar sobre los indicadores de salud del corazón, entre ellos los niveles de insulina y azúcar en sangre.
Los investigadores descubrieron que caminar de forma ligera, entre dos o cinco minutos, después de una comida tiene un impacto positivo en los niveles de azúcar en sangre.
Para la investigación, se le pidió a los participantes que estuvieran de pie y que caminen entre dos y cinco minutos cada 20 minutos.
¿Por qué es beneficioso caminar después de comer?
Los resultados de los siete estudios revelaron que caminar unos pocos minutos después de una comida es beneficioso y mejora los niveles de azúcar en sangre en comparación a quedarse sentado o acostarse.
También se encontró que durante los paseos, los niveles de azúcar en sangre de los participantes subían y bajaban de forma más gradual.
"Moverse, aunque sea un poco, vale la pena y puede dar lugar a cambios medibles, como demostraron estos estudios, en los marcadores de salud", explicó Euan Ashley, cardiólogo de la Universidad de Stanford, a The New York Times.
Esto último para los que tienen diabetes es positivo, porque deben evitar las fluctuaciones bruscas de los niveles de azúcar en sangre.
“Las breves interrupciones frecuentes de estar de pie atenuaron significativamente la glucosa posprandial en comparación con estar sentado durante mucho tiempo; sin embargo, se encontró que caminar con poca intensidad representa un descanso superior para la actividad física —detallaron los autores del trabajo en la publicación—. La viabilidad y las implicaciones longitudinales de romper el comportamiento sedentario con caminatas de intensidad ligera deben investigarse en un entorno de vida libre”.
Lo que sucede, según explicó la profesora de biología celular de la Universidad Complutense de Madrid, Carmen Sanz, es que “después de comer, los nutrientes (entre ellos, la glucosa) pasan al torrente sanguíneo desde el intestino y se elevan los niveles de azúcar en el organismo”. “Al realizar ejercicio, en este caso pasear, el músculo en contracción consume este tipo de azúcar “para aportar energía a las células y disminuye la necesidad de insulina”, agregó.
En el estudio, los investigadores compararon los efectos de una caminata ligera tras la comida frente al impacto de permanecer de pie. Y vieron que, aunque la segunda opción podría mejorar los niveles de glucosa posprandial, la primera era más eficaz. Quedarse de pie provocaba una reducción de un 9,5%, mientras que caminar, de un 17%. “Los efectos serían aún mejores si, además de pasear, se incorporara la práctica regular de deporte”, sugirieron.