Australia enfrenta un nuevo escándalo sanitario en el sector de la fertilidad asistida tras un caso sin precedentes: una paciente dio a luz al bebé de otra mujer debido a un error en la implantación de embriones en una reconocida clínica de fertilización in vitro. 

El hecho ocurrió en la ciudad de Brisbane y fue confirmado este viernes por el grupo Monash, uno de los líderes del sector en Oceanía.

El incidente fue calificado como un “grave error humano” por las autoridades médicas, quienes explicaron que la equivocación se detectó en febrero de 2025, cuando la pareja que había dado a luz solicitó el traslado de sus embriones sobrantes a otra institución. 

Durante el inventario del material genético, los técnicos se percataron de la existencia de un embrión adicional, que no coincidía con los datos de la paciente.

Una auditoría interna reveló que el embrión transferido a la mujer provenía, en realidad, de una persona completamente diferente. El procedimiento incorrecto concluyó con el nacimiento de un bebé biológicamente ajeno a quienes creían ser sus padres genéticos.

Tanto la madre gestante como la familia biológica del niño fueron informadas del error, y el centro activó de inmediato los protocolos de notificación a los entes reguladores.

Repercusiones legales, éticas y clínicas

El director ejecutivo de Monash, Michael Knaap, pidió disculpas públicas a las familias afectadas y aseguró que se trató de un caso aislado. 

“Estamos profundamente consternados por lo sucedido y centrados en brindar apoyo emocional y legal a nuestras pacientes. Encargamos una investigación independiente y ya se implementaron medidas correctivas”, afirmó.

El caso desató una ola de críticas y puso en el centro del debate la necesidad de reforzar los controles en las clínicas de fertilidad. 

La Sociedad de Fertilidad de Australia y Nueva Zelanda se pronunció de inmediato, destacando que “la confianza que los pacientes depositan en nuestra profesión es sagrada”, y reclamó “los más altos estándares de transparencia, investigación y mejora continua”.

Antecedentes en la misma institución

Este escándalo no es el primero que salpica al grupo Monash. En 2023, la empresa aceptó pagar 56 millones de dólares australianos (unos 35 millones de dólares estadounidenses) a más de 700 pacientes, tras comprobarse que destruyó cientos de embriones viables por errores en un programa de cribado genético. 

En aquella ocasión, cerca del 35% de los embriones fueron clasificados erróneamente como anormales, perdiendo así la posibilidad de embarazos exitosos.

Industria en crecimiento, bajo escrutinio

El sector de la fertilización asistida en Australia continúa en expansión. Según un informe de IBIS World, se estima que en 2024 esta industria generará ingresos por más de 515 millones de dólares australianos, dominada por tres grandes grupos: Virtus Health, Genea y el propio Monash.

Los datos más recientes de la Universidad de Nueva Gales del Sur indican que en 2021 se registraron 20.690 nacimientospor fertilización in vitro en Australia y Nueva Zelanda, un número que refleja el peso creciente de estas técnicas reproductivas en la región.

Sin embargo, episodios como el ocurrido en Brisbane exponen las vulnerabilidades del sistema y alimentan el debate sobre la regulación, la supervisión pública y la responsabilidad profesional en tratamientos de alta complejidad como la FIV.