Aedes aegypti pica más en las mañanas y al anochecer: riesgos persistentes

  • El mosquito del dengue es más activo entre las 6 y 11, y de 18 a 21 horas.
  • La luz artificial y la temperatura afectan su comportamiento y supervivencia.
  • Un estudio sugiere que la contaminación lumínica altera su ciclo de reposo.

Lo esencial: El Aedes aegypti, transmisor del dengue, pica principalmente al amanecer y al atardecer, pero puede hacerlo en cualquier momento si se expone a luces artificiales. Su ciclo de vida se adapta a ambientes urbanos, donde se cría en aguas estancadas y busca condiciones húmedas. La contaminación lumínica puede modificar su ritmo circadiano, aumentando la actividad nocturna y el riesgo de transmisión de enfermedades virales.

Por qué importa: Comprender los horarios de mayor actividad y factores que alteran el comportamiento del mosquito puede ayudar a reducir la exposición y prevenir el dengue:

  • En zonas urbanas, la iluminación prolongada incrementa el tiempo de actividad del mosquito.
  • La eliminación de criaderos y el uso adecuado de barreras físicas son esenciales para controlar su población.

El dengue, una enfermedad viral que afecta a millones de personas en todo el mundo, es transmitido por el mosquito Aedes aegypti, cuya capacidad de adaptación a entornos urbanos y su comportamiento alimentario lo convierten en un peligro constante.

Nuevas investigaciones han revelado que este mosquito no solo se alimenta durante las primeras horas del día y al atardecer, sino que también puede picar en la noche bajo ciertas condiciones, lo que aumenta los riesgos para la salud pública.

Tradicionalmente, se ha sostenido que el Aedes aegypti, conocido por ser el principal vector del dengue, es más activo durante el día, específicamente en dos franjas horarias: desde las primeras horas de la mañana hasta antes del mediodía, y luego en el crepúsculo, entre las 18 y las 21 horas.

Sin embargo, estudios recientes han mostrado que la actividad de este mosquito puede extenderse a otros momentos si se dan ciertas condiciones, como la presencia de luz artificial en espacios cerrados.

Un estudio en Estados Unidos ha evidenciado que la luz artificial en áreas urbanas altera el comportamiento natural de los insectos vectores. La investigación realizada por la Universidad Estatal de Ohio sugiere que la contaminación lumínica puede modificar el ritmo circadiano del Aedes aegypti, prolongando su periodo de actividad e incrementando el riesgo de picaduras durante la noche.

“La prevalencia de la luz artificial nocturna a nivel mundial ha aumentado drásticamente, lo que afecta principalmente a los insectos diurnos, incluyendo al mosquito del dengue”, advirtieron los autores del estudio.

Cómo protegerse y prevenir la propagación del dengue

La prevención sigue siendo la herramienta más eficaz para reducir el riesgo de transmisión del dengue. Las autoridades sanitarias recomiendan eliminar cualquier fuente de agua estancada que pueda servir como criadero para los mosquitos, incluso en invierno, ya que los huevos pueden sobrevivir hasta un año en condiciones adversas. En este sentido, se recomienda vaciar y guardar bajo techo objetos como regaderas y botellas, eliminar el agua de los platos bajo las macetas y mantener limpios los bebederos de las mascotas.

El Ministerio de Salud de la Nación enfatiza que, aunque las bajas temperaturas reducen la actividad de los mosquitos adultos, no eliminan completamente el riesgo. El interior de las casas, oficinas y otros edificios puede mantener temperaturas favorables para la actividad de estos insectos durante todo el año.

Los descubrimientos recientes sobre la capacidad de adaptación del Aedes aegypti y la influencia de la luz artificial en su ciclo de vida subrayan la necesidad de estrategias integrales de control y prevención del dengue. Estas deben incluir no solo campañas de eliminación de criaderos, sino también medidas para reducir la contaminación lumínica en las ciudades.

A medida que más de la población mundial vive en áreas urbanas, la gestión de la iluminación y la infraestructura urbana se vuelve cada vez más relevante para la salud pública. Los científicos plantean que la extensión de la actividad de los mosquitos debido a la luz artificial podría provocar un aumento en la incidencia de enfermedades transmitidas por vectores, especialmente en temporadas en las que estos insectos tradicionalmente se encontraban en reposo.

En conclusión, la lucha contra el dengue no se limita a la eliminación de los criaderos de mosquitos. Es fundamental considerar como factores ambientales, como la contaminación lumínica, pueden afectar la dinámica de estos insectos y, en consecuencia, la salud de la población.

Mientras tanto, las recomendaciones de las autoridades para evitar la acumulación de agua y reducir el contacto con los mosquitos son más importantes que nunca. La evidencia científica continúa evolucionando, pero la prevención sigue siendo la mejor defensa contra el dengue y otras enfermedades transmitidas por vectores.