La hipertensión arterial es una de las enfermedades multifactoriales más relevantes en la población de todo el mundo.

Por ejemplo, en la Argentina, el 34% de la población adulta presenta niveles altos de presión arterial. Además, cerca del 40% de los hipertensos desconoce su condición. Y entre quienes la conocen, sólo una minoría está bien controlada.

En este contexto, la alimentación es uno de los pilares del tratamiento, modificar hábitos de vida es un factor clave en el control de la hipertensión.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir menos de 5 gramos diarios de sal, equivalentes a una cucharita de café. Según datos del Ministerio de Salud, en Argentina se consumen en promedio 12 gramos diarios; más del doble de la recomendación estipulada.

Los especialistas insisten en que el sodio se encuentra naturalmente en vegetales, legumbres y carnes en cantidades adecuada, pero a partir de la industrialización y los alimentos procesados, éste es incorporado en forma de aditivos como conservantes, mejoradores, estabilizantes o resaltadores de sabor, siendo el sodio oculto mayormente responsable del incremento en su consumo.