No firmó ningún pacto fundacional, pero sí se dio un baño de militancia libertaria y envió un mensaje conciliador a gobernadores y jefes de los partidos de todo el arco político. Al encabezar el acto oficial por un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo, el presidente Javier Milei escenificó un giro pacificador: reiteró su convocatoria a un gran acuerdo nacional para implementar reformas estructurales en la economía, propuso armar un nuevo “Consejo” junto a representantes opositores, sindicales y empresariales y se comprometió a encarar una reducción “significativa” de la carga impositiva, en caso de que logre sancionar la Ley Bases y el paquete fiscal en el Congreso.

Parado detrás del atril y escoltado por todo su gabinete, que llegó envuelto en un clima de fuerte incertidumbre por las versiones de una inminente salida de Nicolás Posse, el jefe del Estado dejó de lado sus feroces diatribas contra la “casta” e hizo un llamado concertador a la dirigente tradicional. “Estoy aquí para volver a extender los brazos fraternalmente e invitarlos a todos a tomar consciencia sobre el enorme desafío que tenemos por delante: sacar al país de la decadencia”, remarcó.

El primer mandatario y líder de La Libertad Avanza (LLA) reconvirtió el evento en el que aspiraba a firmar “el Pacto de Mayo” junto con los gobernadores o jefes de la oposición en torno a diez políticas de Estado, que se postergó ante la dilación de la negociación en el Senado para aprobar las leyes económicas, en una convocatoria para rodearse de sus seguidores. Exhibió una sintonía total con sus feligreses, que se acercaron a la Plaza San Martín y poblaron los alrededores del Cabildo histórico desde donde Milei dio su discurso. Pese a la expectativa y el esfuerzo de los referentes locales de LLA, los militantes libertarios no lograron copar la plaza. La Policía de Córdoba estimó que hubo unas seis mil personas, según fuentes de la gobernación local.

El “Consejo de Mayo”

Con esa puesta en escena y su llamado al diálogo a la dirigencia por la situación crítica de la Argentina, Milei volvió a ganar tiempo en su pulseada con la oposición dialoguista para conseguir la aprobación de las reformas que pretende para impulsar la reactivación económica y desregular el Estado.

Según el Presidente, “no puede haber causa legítima para oponerse a la sagrada tarea de reconstruir nuestra Nación”. “No hay disputa ni conflicto ni enfrentamiento que justifique el abandono de la patria; no hay especulación ni cálculo ni admisión que justifique el empobrecimiento de nuestra Nación”, puntualizó. Esta vez, Milei no apeló a un discurso áspero ni cargó sus palabras de duras acusaciones a la “casta”.

Milei no logró el objetivo que se había propuesto el 1 de marzo último, durante la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso, cuando sorprendió con su llamado a consensuar diez políticas de Estado. No obstante, redobló la apuesta en Córdoba. Dijo que volverá a convocar a la firma del “Pacto de Mayo”, pero buscó sumar una novedad: anunció que armará “un consejo” integrado por un representante del gobierno nacional, uno de las provincias, uno de la Cámara de Diputados, uno del Senado, uno de los sindicatos y uno de las empresas. Esa mesa tendrá la misión de diseñar los proyectos de ley sobre las reformas económicas, políticas y sociales que fueron incluidas en el decálogo. Hasta ahora, la Casa Rosada había avanzado poco y nada en la discusión sobre esos puntos. Es más: la UCR presiona para incluir la educación pública como uno de los ejes.

En pleno enfrentamiento con los gobernadores por el reparto de la carga del ajuste, Milei vuelve a instalar un tema en la agenda pública para correrles el arco a sus rivales a la espera de que su plan logre una baja sostenida de la inflación y la economía comience a dar signos de recuperación. Es que Milei no detalló cómo piensa elegir a los representantes que se sentarán en la mesa para delinear las reformas. Se limitó a anticipar que el flamante Consejo “tendrá la responsabilidad de trabajar en los proyectos de ley que materializarán los principios adoptados en el acuerdo de mayo”. Hasta ahora, no le puso una nueva fecha a la firma de su pacto fundacional, pero ratificó que solo podrán suscribirlo aquellos que se comprometan a respaldar la Ley Bases y el paquete fiscal. De esta manera, parece lanzar un nuevo globo de ensayo. Cabe recordar que hasta ahora no pudo atar ningún acuerdo con la oposición y las reformas económicas siguen estancadas en el Senado.

Baja de impuestos

A su vez, como había anticipado el viernes durante su visita a La Rural, el Presidente prometió que avanzará con una “reducción significativa” de impuestos para cumplir con una de sus promesas de campaña. “No hay destino posible para nuestra Nación si no le quitamos el peso del Estado de encima a los argentinos de bien”, subrayó. Los cordobeses aplaudieron con ánimo ese tramo del discurso. Es uno de los distritos donde el campo tiene una gran relevancia en la economía y los productores aguardan la eliminación de las retenciones.

Con el fin de atraer inversiones al país que empujen la reactivación económica y permitan apaciguar el efecto recesivo del plan de ajuste fiscal para domar la inflación, Milei dijo que, en primer lugar, avanzará sobre el impuesto PAIS, que tiene una incidencia clave en el nivel de recaudación del Estado. Ese gravamen, que tiene vigencia hasta fin de año, es estratégico para Milei, ya que se convirtió en una de las razones que le permitieron lograr el superávit fiscal durante cuatro meses consecutivos. De hecho, a principios del corriente mes, el Presidente extendió el alcance de ese tributo a la compra de divisas destinadas al giro de utilidades y el pago de dividendos de las empresas.

Milei remarcó que el Impuesto PAIS es “distorsivo” y “atenta contra la producción y el crecimiento económico”. El Presidente admitió que la baja de impuestos “será difícil para las arcas del Estado”. “Al igual que estamos atacando la inflación, cada peso recaudado será devuelto a través de reducción de impuestos”, señaló el Presidente.