Con cambios y tensiones hasta último momento, el oficialismo busca avanzar esta noche con la firma del dictamen de la Ley Ómnibus en el plenario de comisiones de Diputados. Quieren convertirlo en ley este jueves.

"Todavía faltan cuestiones técnicas", respondieron desde la oposición. Pero desde la tarde entran y salen de legisladores del PRO, Hacemos Coalición Federal, la UCR e Innovación Federal, de la oficina del presidente Martín Menem. Buscan acordar la letra chica del dictamen, en diálogo con funcionarios del Ejecutivo.

La redacción del dictamen se negociaba hasta última hora entre la Casa Rosada y los sectores dialoguistas que, si bien lograron sonsacarle al oficialismo varias modificaciones al texto, mantenían al cierre de esta edición fuertes reparos respecto de algunos puntos claves del megaproyecto, entre ellos la suba de retenciones y la movilidad jubilatoria. Ambos constituyen el corazón del paquete fiscal de la iniciativa. Estas diferencias explican que, durante el plenario de comisiones que se desarrollaba anoche, la mayoría de los dialoguistas –que confluyen en Pro, UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal- decidieran suscribir el dictamen oficialista con disidencias.

Sin embargo, dentro de las bancadas opositoras ya no caben dudas de que habrá divisiones internas. La Coalición Cívica, por ejemplo, firmará un dictamen propio. No avalan las facultades delegadas, ni la actualización jubilatoria tampoco ni la liquidación del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Margarita Stolbizer y la socialista Mónica Fein también preparan un texto propio. Parte del radicalismo -ligado a Facundo Manes- tampoco firmará el dictamen del oficialismo.

Los legisladores de la Coalición Cívica cuestionan que, mientras el grueso del ajuste propuesto recae sobre los jubilados, el Gobierno elude quitarle privilegios impositivos y fiscales a empresas y actividades, como el régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego. “Nosotros vamos a insistir en el recinto con terminar con este privilegio, vote quien lo vote”, plantearon.

“El DNU y la ley ómnibus tal como fue presentada por el gobierno no solo tensan los límites de la democracia por las formas sino también empobrecerán aún más a los argentinos por el fondo -advirtió, por su parte, el radical Manes-. No es verdad que no hay opción. Mantenemos la firmeza de nuestras convicciones: sin democracia no hay desarrollo y sin un verdadero desarrollo no habrá democracia plena”.

Los libertarios esperaban traducir esos acuerdos en un dictamen de mayoría para garantizarse la aprobación en general del proyecto. Si bien las diferencias con los dialoguistas persistían al cierre de esta edición, los libertarios descontaban que se alzarían con ese trofeo en las comisiones de Presupuesto, Legislación General y Asuntos Constitucionales, reunidas anoche. El objetivo era doblegar al bloque de Unión por la Patria, que presentaba uno propio de rechazo al proyecto junto con los diputados de izquierda. En total reunían 47 firmas sobre un total de 115 miembros de las tres comisiones.

Los diálogos contrarreloj tienen que ver con la necesidad del oficialismo -y el deseo también de la oposición- de que el Frente de Todos no obtenga el dictamen de mayoría y complicaría los planes del oficialismo porque debería ser el primero en tratarse en el recinto. Si bien el kirchnerismo y la Izquierda no suman más de 107 votos, la advertencia opositora es que se "empiojaría" el debate.

Para emitir dictamen -el paso previo y necesario para que el proyecto llegue al recinto- La Libertad Avanza necesita sí o sí de la firma de sus diputados, pero también las del PRO, la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación. Al menos en disidencia.