El Gobierno busca debatir la próxima semana en el Senado el proyecto de Ficha Limpia, que impediría la postulación de candidatos con condena en segunda instancia, junto a la suspensión de las PASO. Sin embargo, la iniciativa enfrenta obstáculos, ya que al no tener dictamen de comisión, requiere el apoyo de dos tercios de los presentes para ser tratada sobre tablas. Esto obliga al oficialismo a negociar con el peronismo, que considera la ley como un intento de proscribir a Cristina Kirchner.

El proyecto, impulsado desde la Casa Rosada, fue aprobado en Diputados con 144 votos a favor y 98 en contra, pero el bloque de Unión por la Patria (UP) se mostró unido en su rechazo, defendiendo a la Cristina Kirchner. En el senado, el oficialismo cuenta con 11 firmas en la comisión de Asuntos Constitucionales, frente a 8 del peronismo, lo que facilitaría el dictamen, pero no garantiza su aprobación en el recinto.

La vicepresidenta Victoria Villarruel apoya tanto la eliminación de las PASO como la Ficha Limpia, lo que alivia tensiones con el Gobierno. Sin embargo, para tratar la ley sobre tablas, el oficialismo necesita 48 votos, lo que implica sumar apoyos del peronismo, algo poco probable. Raúl Jalil, gobernador de Catamarca y aliado del Gobierno, ya se manifestó en contra de la iniciativa, mientras que los senadores misioneros, liderados por Carlos Rovira, podrían respaldarla.

El proyecto genera divisiones incluso dentro de los aliados del Gobierno. Carlos "Camau" Espínola, del interbloque Provincias Unidas, se opone a limitar la participación de dirigentes con condenas por corrupción, acercándose más a la postura de Miguel Ángel Pichetto, quien calificó la norma como "un error político". Aunque el jefe del bloque de La Libertad Avanza, Ezequiel Atauche, confía en obtener los votos necesarios en marzo, el futuro de Ficha Limpia sigue siendo incierto, con un final aún abierto.