Solo dos semanas separan a Sergio Massa y a Javier Milei de la gloria o el fracaso y lo único que tienen en estas horas, por cierto, es la incertidumbre por el resultado del balotaje. Nadie les puede acercar una certeza.

Por esa razón, ambos salieron a buscar votos y fiscales de mesa por donde sea. Ya no importan las formas, sino los resultados.

Massa peregrina por las provincias y municipios para sellar aún más la alianza con gobernadores e intendentes que le aseguren los votos que obtuvo en la primera vuelta y más, mucho más. Es lo que necesita.

El ministro candidato tiene dos caras de la misma moneda. Por un lado, los mandatarios de origen peronista que se entusiasman porque la llegada de Massa a la presidencia de la Nación les puede abrir un protagonismo que siempre le negaron Néstor y Cristina Kirchner.

Paralelamente, Massa debe poner una parte importante de su destino en manos del gobernador Axel Kicillof y de La Cámpora, en la provincia de Buenos Aires.

Antes del debate, Massa y Milei salen a buscar votos que pueden ser claves en la campaña

En la primera vuelta, el candidato de Unión por la Patria obtuvo más de 1 millón 200 mil votos con relación a la adhesión de las PASO en ese territorio.

En el massismo están convencidos de que los votos que cosechó en las elecciones generales de octubre no fueron por él, sino que se trató de “un plebiscito contra Milei”. “No ganó Massa, fue un voto útil. Ahora hay que traer a Milei al presente y exponer sus dislates”, explicaron en el comando de campaña. Apuntan, en ese sentido, a romper lo que calificaron como el “lazo libidinal” del candidato con su electorado, lo que alguna vez Donald Trump ejemplificó en conferencia cuando se refirió a la posibilidad ficticia de disparar a mansalva en la Quinta Avenida sin que eso le restara ni un solo voto.

Ahora se entusiasma con aumentar la cosecha en el principal distrito del país, pero sabe que ya lograron sus objetivos Kicillof y La Cámpora, que consiguieron una decena de intendencias y una buena representación en el gobierno de la Nación. Por eso, tiene una negociación que es cara a cara con Axel, Máximo Kirchner y caciques del peronismo.

En reserva, Massa mantiene un fluido diálogo con Cristina. Sabe lo importante que son los gestos que la vicepresidenta pueda dar a su gente.

En Córdoba está difícil

Distinto es el panorama en Córdoba, donde el gobernador saliente Juan Schiaretti no se cansa de marcar sus diferencias y su enfrentamiento con Massa. Ahora lo hizo co-responsable del intento de juicio político a la Corte Suprema de Justicia en el Congreso.

Antes del debate, Massa y Milei salen a buscar votos que pueden ser claves en la campaña

Mieli no la tiene sencilla tampoco. La explosiva alianza con Mauricio Macri y Patricia Bullrich no solo generó una revuelta en Juntos por el Cambio. También ocurrió lo mismo en La Libertad Avanza.

Dio toda la impresión de que Macri intentó coparle la parada a Milei y convertirse en una especie de jefe de campaña. Esto generó malestar en algunas líneas intermedias de los libertarios, que vieron con preocupación la avanzada del macrismo duro sobre sus espacios.

Entre otras cosas, el acuerdo Macri-Bullrich le pueden acercar a LLA la cantidad necesaria de fiscales para cubrir las claras deficiencias que tiene esa fuerza.

Después de unos días de bajo perfil, dónde tuvo que calmar las aguas internas, Milei salió a marcar límites al macrismo. Dijo que los principales postulados económicos no se negocian ni cambian, empezando por la eliminación del Banco Central y la dolarización que tanto ruido meten en el PRO. Habló de sus “políticas de Estado”.

Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Miguel Ángel Pichetto, Elisa Carrió, Florencio Randazzo, Juan Schiaretti y Emilio Monzó son algunos de los dirigentes que conversan cada vez más seguido. Son los neutrales de los que desconfían en las oficinas del ex presidente Macri.

Antes del debate, Massa y Milei salen a buscar votos que pueden ser claves en la campaña

Por otra parte, el candidato libertario tuvo que aparecer una vez más para relativizar declaraciones de sus principales dirigentes que tanto rechazo suman a la campaña. En particular, Diana Mondino.

La economista, diputada y candidata a Canciller de Milei dijo que el mercado de órganos “es algo fantástico” y tuvo una desafortunada metáfora para hablar del matrimonio igualitario. Comparó este derecho con tener piojos.

Cuando Macri expuso su alianza con Milei, le pidió al libertario que controle sus impulsos y sus declaraciones explosivas. Pero que también cuide lo que dicen sus más polémicos voceros.

Lo cierto es que los dos candidatos presidenciales caminan al borde de la cornisa. Cualquier error en el tramo final de la campaña puede ser determinante.