En el marco de la situación interna del peronismo tucumano, el exintendente y legislador Sergio Mansilla analizó la estructura del Partido Justicialista (PJ) en la provincia y la dinámica de poder que se ha mantenido a lo largo de las distintas administraciones. Con un respaldo a la gestión del gobernador Osvaldo Jaldo, Mansilla remarcó que la conducción del peronismo está en manos del mandatario provincial y que el verticalismo es un principio ineludible dentro del partido.

“Con Fernando Juri, con todo el linaje de peronismo que tenía, ya decían que él era el peronismo y Alperovich era el que gobernaba. El sello del Partido Justicialista es muy importante, pero si no tenés estructura, se queda en un sello. Nosotros ganamos la elección en ese momento sin tener el PJ, los organismos estaban todos en contra, Fernando Juri era el peronismo y nosotros teníamos el apoyo de los intendentes y de los delegados comunales, que es la estructura que monitorea y pone el peso en la elección”, rememoró Mansilla.

Con esta referencia histórica, Mansilla apuntó a demostrar que, si bien la pertenencia al PJ es relevante, la verdadera fuerza política proviene del acompañamiento territorial, en particular de los intendentes y delegados comunales. En ese sentido, destacó que la historia del peronismo en Tucumán siempre ha sido de unidad después de las internas y que en la actualidad no hay dudas sobre quién lidera el espacio. “Después de la última elección, ¿quién le puede discutir peronismo a Jaldo en la interna? Nadie. La última interna la ganó Juan Manzur. ¿Qué pasó después? Pasó que el peronismo siempre termina uniéndose. Manzur se va a Buenos Aires, Jaldo queda de gobernador, el candidato nuestro es Jaldo. Y hoy Jaldo gobierna la provincia”, sostuvo.

El rol del gobernador en la conducción del PJ

Para Mansilla, la conducción del peronismo provincial debe estar en manos de quien gobierna Tucumán. “El que conduce el espacio es quien gobierna la provincia”, afirmó. En ese sentido, subrayó que el acompañamiento de los dirigentes al gobernador es fundamental y que quien no respete esa lógica, está equivocado.

“El que no entiende que el gobernador es el que conduce el espacio está equivocado. Todos los que somos justicialistas lo apoyamos al gobernador. Y la mejor forma de apoyar al gobernador es entender la política que quiere de aquí para adelante, partidaria o institucional. El que no apoya eso... Yo fui senador seis años, voté todas las leyes de Cristina porque me lo mandaba mi gobernador”, argumentó, dejando en claro que el alineamiento con la conducción provincial es una norma dentro del PJ.

Mansilla evitó confrontaciones directas, pero sugirió: “Nadie en política puede jugar al “Deportivo Yo”. El que no tiene verticalismo y no acepta eso no es peronista”. “Habría que preguntarle a él”, respondió ante la consulta de por qué Manzur no vota en el Senado en consonancia con lo que pide el gobierno provincial.

El escenario nacional y el impacto en Tucumán

En su análisis de la situación política nacional, Mansilla también se refirió al impacto de la gestión del presidente Javier Milei y cómo se llegó a la actual configuración política. “Si hoy tenemos un gobierno como el que tenemos, es por culpa nuestra. Nos ganó un tipo que iba a los programas dos años antes. No nos ganó Macri, que era conocido desde La Quiaca hasta Ushuaia porque era presidente de Boca e intendente de la Capital. Milei llegó con un discurso simple y la gente le creyó”, reflexionó.

El exsenador apuntó a la falta de organización del peronismo y al descontento social como factores determinantes en el resultado electoral. “Muchos chicos de 16 a 25 años creyeron cuando decía que un peso era igual que un dólar, que iba a dolarizar la economía. La gente lo creyó así”, agregó.

Respecto al rol del justicialismo en el actual contexto político, Mansilla instó a los dirigentes a unificarse en torno al liderazgo de Jaldo y a asumir los errores del pasado. “Nosotros, los peronistas de Tucumán, tenemos que hacernos cargo de lo que hicimos bien y de lo que hicimos mal. Pero tenemos un gobernador que nadie discute y al que todos debemos acompañar”, sentenció.

Con un discurso que refuerza la idea de la verticalidad y la disciplina partidaria, Mansilla dejó en claro que la conducción del peronismo en Tucumán está en manos de Jaldo y que cualquier intento de desafiar esa lógica está condenado al fracaso. Además, sus palabras reafirman que el justicialismo buscará reagruparse con miras a las próximas elecciones y que la disputa interna deberá resolverse dentro de la estructura partidaria y no por fuera de ella.