Una banda tucumana habría perpetrado varias estafas millonarias con venta de automóviles de dudosa legalidad y una de las víctimas resultó el abogado José Tarchini.

De acuerdo con la denuncia, el 12 de agosto el letrado cerró una operación de permuta. "Entregué mi Toyota Corolla 2006 valuado en $ 4.000.000 y pagué $ 1.000.000", reveló Tarchini. "En horas, la persona con la que acordé la operación (vía Whatsapp) fue reemplazada. Llegó a casa un hombre tucumano, obviamente distinto al santiagueño con el que hice el trato. Aún así, ahondó, me dejó un Toyota Corolla 2012 y le transferí $ 1.000.000: $ 500.000 para la esposa del tucumano y otros $ 500.000 para un bandeño", sintetizó.

Cuando el santiagueño intentó realizar la transferencia aparecieron los problemas. El más delicado, el 08 no concordaba con el vehículo. Lo más sustancioso y crucial, el propietario original del automóvil había realizado el bloqueo del dominio para frustrar cualquier transferencia.

En primera persona

"No tuve otra que entregar el vehículo ante Delitos Económicos", señaló Tarchini. Del otro lado del celular, nadie se hizo cargo y el abogado quedó sin su auto y el permutado, secuestrado. Formalizó una denuncia ante la fiscal Silvia Jaime.

En días, se habría establecido que los tucumanos utilizaron el mismo coche para estafar al menos a tres compradores. Sin perder tiempo, se ha solicitado la detención de una pareja tucumana. A la vez, presentó eximición de prisión el bandeño que cobró los $ 500.000, añadieron las fuentes.

Sin perder tiempo, un abogado requirió eximición de prisión para la pareja tucumana, pero le fue desestimada por la jueza de Control y Garantías, Sara Harón. La denegatoria fue apelada y ahora el futuro de los tucumanos es potestad de tres vocales de la Cámara de Apelaciones.

La letra chica

La hipótesis dominante es que la banda está conformada por tucumanos y santiagueños, con amplia experiencias en estafas con autos, algunos ya prontuariados y/o condenados. El modus operandi ingresa coches de la vecina provincia.

Aquí, los eslabones santiagueños "marcarían" a los clientes, ignorantes de la situación del coche pretendido, todos en apariencia con sus papeles en regla. A más de dos meses, el Toyota Corolla de Tarchini literalmente desapareció y hay orden de secuestro nacional. /El Liberal