Reconocieron el cuerpo de Lautaro pero desconocen como murió
Los familiares más cercanos de Lautaro Alexander Ostriz, su madre y unas tías, se acercaron al lugar en el que se encontró su cuerpo para cerciorarse de que realmente era él. Su reacción conmovió a todos al tiempo que certificaba que la búsqueda, iniciada el 10 de agosto en Estación Ardoz, había terminado de la peor manera.
Unas tres decenas de vecinos rodeaban a la mamá de Ostriz y a sus tías: Emilia y Karina Aguirre. Ante un momento de tanta angustia, las tres mujeres prefirieron el silencio. Solo resumieron que se aferraban a la fe y que creían con todas sus fuerzas en que en unos minutos alguien les informaría que estaban ante una falsa alarma.
Pero esa esperanza tenía sustento. A algunos presentes, allegados a la familia, les parecía muy raro que el hallazgo se haya producido en ese sitio. “Esta zona debe ser la más recorrida. A este canal lo caminamos y revisamos cuatro o cinco veces”, afirmó M., un joven que acompañaba a los Aguirre.
Al respecto, el comisario Fabio Ferreyra, jefe de la Regional Este, dijo que, al menos a simple vista, en el lugar no había signos de un arrastre y el cuerpo encontrado aparentaba tener varios días sometido al proceso de descomposición natural.
A las 10.40 una camioneta del Ministerio Público Fiscal llegó desde el norte y se estacionó cerca de las vías del tren que corren paralelas a la ruta. Un perito bajó del vehículo y llamó a la familia de Ostriz para hablarles en privado.
Si bien aún resta que la autopsia confirme científicamente este dato, por las exclamaciones que hicieron las familiares, reconocieron que el cuerpo hallado es el de la víctima. Karina no pudo soportar lo que había visto y se desmayó. Varios vecinos la auxiliaron para que subiera a un vehículo y así, llevarla hasta el hospital de Estación Aráoz.
El domingo a las 20 la Policía logró la confesión de uno de los sospechosos de la desaparición de Ostriz. Cristian Leal, quien hasta donde se sabe, se dedicaba a lo mismo que la víctima: prestar dinero. No se descarta que pueda haber más implicados en el crimen y algunos investigadores creen que Ostriz y Leal podrían haber trabajado para la misma persona.
“Junto a la división Delitos contra las Personas seguíamos pistas firmes sobre un sujeto, que al verse acorralado, terminó quebrándose y, si bien manifiesta que no es el autor del hecho, sí precisó dónde estaba el cuerpo”, agregó el comisario Ferreyra. Por esto, tomó intervención la Fiscalía de Homicidios I, a cargo de Ignacio López Bustos, que ordenó que se preserve el lugar. Las divisiones Canes y Lacustre ayudaron a localizar el lugar señalado.
Para cuando los peritos del ECIF llegaron al lugar la oscuridad ya hacía imposible la recolección de pruebas. Decidieron comenzar las pericias de rigor el lunes a las 6 para aprovechar la luz solar. Según se detalló a Contexto, por la descomposición no fue posible detectar la causa de muerte, algo que podría determinar la autopsia.
Por otro lado, el fiscal López Bustos abonará por ahora la hipótesis de la fiscal Mariana Rivadeneira, de Delitos Complejos, quien llevaba la causa cuando era una desaparición de persona. El móvil económico aún es la línea más fuerte, pero no se dejan de lado otras posibilidades. Según la familia de Ostriz, el 10 de agosto el joven debía pasar de manos unos $ 7 millones.