El inspector César Eduardo Carmona (50), asesinado de 13 tiros en una emboscada ocurrida en la tarde de este jueves frente a la sede de la Agencia de Investigación Criminal de Rosario, hacía seis meses que había comenzado a trabajar en la Dirección de Inteligencia. Antes de eso, se desempeñó durante más de una década dentro de la Agrupación de Orden Público de la Unidad Regional II y también trabajó como custodio en una sucursal bancaria del Citibank.

De acuerdo a la foja de servicio, Carmona siempre estuvo a cargo de tareas de prevención en Rosario, donde llegó a trabajar en la comisaría 8ª. Después, le dieron destino a la ciudad vecina de Pérez y, por una solicitud especial producto de una situación familiar, pidió cambiar de aire. Fue allí que lo designaron en la AIC, donde siempre quiso estar, según contó a Infobae una compañera de patrullero.

“En el destino en el que creyó tocar el cielo con las manos le llegó la muerte”, se lamentó su compañera, quien lo recuerda como un policía “honesto, humilde y con una historia familiar muy particular”.

El jueves por la tarde, Carmona, hincha de Rosario Central, llegó hasta la sede de la Agencia de Inteligencia Criminal de Lamadrid y Salva, bajó de su auto y enseguida fue atacado por dos sicarios a bordo de un Citroën C3 rojo. Los peritos levantaron de las escena del crimen 13 vainas. Lo acribillaron a tiros y el auto en el que iban los homicidas fue hallado abandonado a cinco cuadras del lugar del crimen. El coche tenía patente de Tucumán.

Según pudo conocer este medio de investigadores policiales, a pocas horas del homicidio hay tres hipótesis: una apunta a un ataque directo y otra a que el homicidio tenga relación con un atentado ocurrido el 25 de agosto pasado contra la base de la Agencia de Investigación Criminal.