La madre de Joaquín Sperani, el adolescente de 14 años asesinado a golpes el jueves de la semana pasada, encabezó una nueva marcha en el colegio donde concurría su hijo y arremetió contra los docentes y las autoridades el establecimiento, que no alertaron sobre la ausencia del alumno el día en que fue asesinado.

Por el crimen del chico se detuvo a un amigo y compañero de la escuela de su misma edad, quien confesó el asesinato pero no puede ser imputado debido a que tiene 14 años y no es punible, de acuerdo con la ley.