El exdiputado provincial Germán Kiczka fue condenado a 14 años de cárcel por tenencia y distribución de material de abuso sexual de menores, mientras que a Sebastián Kiczka lo sentenciaron a 12 años de prisión.

Así lo resolvieron los jueces del Tribunal Penal N°1, Gustavo Bernie, Viviana Cukla y César Antonio Yaya, quienes dieron a conocer su veredicto en una audiencia que se extendió por más de 12 horas, en la ciudad de Posadas.

Durante la audiencia realizada este miércoles, los fiscales Martín Alejandro Rau y Antonio Vladimir Glinka mostraron como prueba que los acusados tenían computadoras con más de cien archivos. La gran cantidad de pruebas, según precisaron en el final de la exposición, fue clave para incrementar la pena que solicitaron. La fiscalía había pedido 15 años de cárcel para el exlegislador, mientras que para su hermano solicitó 12 años.

“La computadora la usaban los dos y compartían material”, expresó el fiscal Glinka y agregó: “Son coautores de tenencia y facilitación de 100 archivos”.

El usuario de esa computadora es Germán y dentro de ese ordenador hay carpetas a nombre de él y un mail signado a él. También imágenes de una chica de 16 años de ese tipo de contenido dentro de esas carpetas”, precisó el funcionario.

Asimismo, en su alegato, sumó que entre el material hay imágenes de menores en prácticas zoofílicas. Inclusive, detalló un dato que se desconocía: “Se halló un mensaje en la PC de Germán Kiczka que rezaba ‘no te vuelvas a acercar a mi hija, te perdono, pero no te vuelvas acercar a mi hija porque te denuncio’. Lamentablemente, esa persona falleció”.

Sumado a ello, Glinka pidió que el padre de los hermanos, Leonardo Kiczka, sea investigado por presunto falso testimonio, ya que habría incurrido en una contradicción.

Además, solicitó que se investigue al legislador Puerta por la posible comisión de un delito. “No podemos aceptar que el diputado Pedro Puerta presente un escrito y no venga a declarar presencialmente”, añadió.

Después de la exposición de la fiscalía, fue el turno de la defensa de los hermanos Kiczka. En el caso de Sebastián, los abogados Eduardo Paredes y María Laura Alvarenga sostuvieron, en principio, que la imputación por el delito de abuso sexual era inadmisible y debía ser rechazada.

En esta línea, establecieron que la acusación no se formó en base a una denuncia, sino a partir del testimonio de la adolescente de 15 años, en el cual no se evidenció algún daño psicológico. Además, Paredes argumentó que no se indicó específicamente cuándo fue el presunto hecho de abuso sexual, por lo cual no hubo forma de demostrar si el acusado llevó a cabo o no este acto. “La circunstancia de tiempo genera una gran indeterminación en la acusación”, indicó Alvarenga.

En cuanto a la acusación por la tenencia y distribución de material de abuso sexual de menores, los defensores de Sebastián alegaron que si bien él confesó el delito, “no sabía que estaba prohibido”. Paredes planteó que el hermano del exdiputado consumía psicofármacos porque “él tiene un problema de ansiedad y eso se conecta muy bien a la conducta impulsiva o compulsiva de mirar este tipo de videos”.

Por este motivo, pidieron aplicar el error de prohibición, es decir la figura que se produce cuando una persona no sabe que está cometiendo un delito. Además, solicitaron una medida de seguridad, ya que sostuvieron que Sebastián podría tener una patología que debe ser estudiada.

Luego, habló el defensor de Germán Kiczka, Gonzalo de Paula, quien puso en duda el procedimiento de los peritos que estuvieron a cargo del análisis de los elementos secuestrados y de quienes realizaron las pericias psicológicas sobre el acusado.

Por otra parte, apuntó contra la fiscalía por solo aportar las pruebas que se reunieron en la instrucción del caso, que fue iniciado por el juez Miguel Ángel Faría, de la ciudad misionera de Apóstoles, e intentó desligar a su defendido de la acusación. “Todos estos testigos declararon al unísono que el único que usaba la notebook Acer era Sebastián”, indicó el letrado, quien subrayó la confesión del hermano del exdiputado.

En esta línea, De Paula sostuvo que el fiscal no estableció modo, lugar y tiempo de los actos que fueron cometidos presuntamente por el exlegislador. De esta manera, pidió la nulidad de las imputaciones en contra de Germán Kiczka y su absolución.

Finalmente, los jueces dieron lugar a que los acusados puedan dar una última declaración. Sin embargo, el único en hablar fue Sebastián, quien sostuvo que tiene una “compulsión”. “Perdí trabajo, amigos y no puedo tener una pareja estable. Busqué ayuda y sigo buscando”, dijo ante el tribunal.

El juicio

El juicio comenzó el lunes 31 de marzo y solo algunas de las jornadas fueron públicas. Así lo solicitó el Tribunal Penal N°1 debido a la gravedad del caso y por protección a las víctimas, sobre todo porque algunos de los menores involucrados tienen menos de 13 años.

En las audiencias, que se llevaron a cabo los días 1, 3, 4, 7, 8, 9, 10, 11, 14 y 15 de abril, se presentaron las pruebas en contra de los acusados y los testimonios de más de 60 testigos.

En el segundo día del proceso judicial, Germán Kiczka hizo su declaración y sostuvo su inocencia. A su vez, afirmó que la causa es una prueba de la “persecución política” por haberse opuesto a los proyectos que presentó el oficialismo en Misiones. Además, el exdiputado provincial admitió que sí buscó y descargó videos pornográficos, “pero no con menores de 13 años”.

Por su parte, Sebastián repitió la misma versión que en la indagatoria: que nunca tuvo “ninguna relación” con una adolescente y que tampoco se fugó. En su testimonio, también dijo que se hace cargo de la acusación de tenencia de material de explotación sexual de menores, y adjudicó la descarga de las fotos y los videos a que padece una “enfermedad o compulsión psicológica”.

El fiscal detalló que se encontró “material con bebés y niños con perros”, sin brindar más detalles, y que la dirección IP con la que se inició la investigación en Misiones “reveló que la persona que estaba detrás de uno de los ordenadores era un diputado que estaba en funciones”.

Este lunes, los hermanos Kiczka solicitaron ampliar su declaración indagatoria, aunque no aceptaron responder preguntas. Por un lado, el exdiputado hizo el pedido para “aclarar un par de cuestiones” en relación con los testimonios de su prima y su esposa.

“Yo estaba seguro de que me plantaron un pendrive porque sabía que no tenía uno en mi casa. Ahí me empecé a preocupar”, dijo el exlegislador. Sobre el dispositivo, aseguró que lo utilizaba para bajar apuntes, ya que estudiaba a distancia en ese momento. Además, indicó que su hermano Sebastián le dijo que “lo usó, lo llevó a mi casa y lo llevó de vuelta a su vivienda”, pero que “evidentemente no fue así”.

Germán Kiczka se refirió a su presunta participación en un grupo de Telegram, donde se compartían fotos de chicos. “Esos son grupos de gente desconocida donde yo jamás escribí, pregunté ni participé de ninguna manera”, sostuvo.

Por otra parte, el exdiputado habló sobre el canal de YouTube conocido como “El show de magia con el Tío Germán”, en donde se publicó una serie de videos que publicó entre mayo y agosto de 2020, y que estaba orientado a un público de menores.

“Esa situación se generó porque un día se me ocurrió grabar un truco de magia para mi sobrina. Después se sumaron mi hermano Agustín, mis padres y finalmente, Sebastián. Se convirtió en una actividad que hacíamos los domingos en familia”, declaró Germán. Y sumó: “Me dolió muchísimo que esa actividad se haya tergiversado para mostrar algo tan perverso”.

En el caso de Sebastián Kiczka, el acusado tampoco respondió preguntas. En su lugar, sostuvo que “no sabía que ver ese tipo de videos era ilegal”. “Para mí eso está en Internet, al alcance, y no vi ningún problema”, agregó. / TN