El gobernador Osvaldo Jaldo, inaugurará este jueves el Complejo Penitenciario Benjamín Paz, ubicado en Ruta 9 Km 1347, Trancas.

El acto comenzará a las 10 y contará con la presencia de distintos funcionarios del gabinete provincial, y de los poderes legislativo y judicial. Esta obra histórica, como la de Delfín Gallo, es un paso fundamental para resolver la crisis carcelaria que enfrenta la provincia.

Según explicó el presidente de la Cámara de la Construcción, Jorge Garber, la obra del complejo penitenciario está dividida en dos etapas. La primera, que comprende infraestructura básica y los primeros cuatro pabellones, estará lista para funcionar de forma progresiva en los próximos días. La segunda etapa, programada para concluir en agosto de 2025, incluye la finalización de los ocho pabellones restantes y otras dependencias complementarias.  

Los cuatro pabellones que se inaugurarán son exactamente iguales. Cada uno tiene 64 celdas para dos o cuatro internos que dormirán en cuchetas, sanitarios para que se higienicen y hagan sus necesidades, una mesa y banco de cemento y habitáculos empotrados para que guarden sus pertenencias.

No habrá baños compartidos y las duchas se tomarán por tandas. Las camas fueron hechas con planchuelas de metal, pero por una cuestión de seguridad, fueron reemplazadas por mamposterías de cemento. De ese material fueron construidas las mesas y los bancos que utilizarán los internos para alimentarse.

Estas unidades están divididas en dos partes: en el medio están puestas entre tres y cuatro duchas, una cocina industrial para uso de los detenidos y dos oficinas totalmente protegidas para que los guardiacárceles realicen tareas de vigilancia personalmente ya través de las cámaras de seguridad que serán instaladas próximamente. Tienen techo de chapa y están bien iluminados, ya que pasarán gran parte del día encerrados allí.

También se construyó un patio para disfrutar una o dos horas de recreo por día. Ese será el único contacto que tendrán con el aire libre. Este espacio tiene una particularidad: cuenta con un baño a cielo abierto para evitar que entre y salgan de las unidades.

Para acceder a los pabellones, los presos deberán cruzar por una “pasarela” o “leonera” que es un pasillo cubierto con alambres y que desemboca en una “rotonda” que es una oficina de control de guardiacárceles. Con ese mismo sistema se comunican el lugar de las celdas con el salón de uso múltiple. Allí los presos recibirán visitas, a sus abogados y habrá un espacio para que participen en las audiencias virtuales, ya que la intención es hacer la menor cantidad de traslados.

Según las estimaciones oficiales, actualmente hay 2.300 tucumanos detenidos en dependencias policiales. A Benjamín Paz y a Delfín Gallo, más algunas obras que se realizan en el penal de Villa Urquiza, serán más de 1.300 los traslados. Si bien es cierto que la reducción supera el 50% del total, es el doble de la población que existía en 2015 cuando estalló la crisis carcelaria.