El Papa Francisco recibió a su número dos en el hospital y su estado sigue siendo crítico
El Pontífice se reunió este lunes con Parolin y el sustituto para los Asuntos Generales para analizar cuestiones burocráticas; su vocero dijo que “descansó bien” y que continúa mejorando lentamente, aunque su pronóstico todavía es reservado.
En otra señal de que el Papa, internado desde hace doce días con neumonía bilateral, aunque aun en condiciones críticas, sigue firme y al mando, el Vaticano informó este martes que recibió ayer “en audiencia” al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede y su número dos y al sustituto para los Asuntos Generales, el monseñor venezolano Edgar Peña Parra, su número tres.
Aunque nadie quiso dar indicaciones de a qué hora los recibió ni por cuánto tiempo, el boletín del Vaticano que difundió la información hizo saber que la visita se debió a cuestiones puramente burocráticas, como promulgar algunos decretos del Dicasterio para las Causas de los Santos y convocar a un consistorio para próximas canonizaciones, sin fecha. Entre ellas, la de dos beatos italianos y uno venezolano, José Gregorio Hernández Cisneros, conocido como el “Médico de los pobres” (1864-1919), que fue beatificado el 30 de abril de 2021 en Caracas y ahora se convertirá en el primer santo de Venezuela.
Que el Papa convocara a un consistorio -que suele ser una reunión solemne de cardenales, normalmente residentes en Roma, aunque pueden sumarse también otros procedentes de varios países-, para estas canonizaciones creó muchos interrogantes. Y hasta creó cierto escozor entre los vaticanistas: todos recuerdan que Benedicto XVI (2005-2013), sorprendió al mundo con su anuncio de renuncia durante un consistorio para algunas canonizaciones, el 11 de febrero de 2013.
¿El Papa se despide?
¿Se trata de una señal de Jorge Bergoglio? Muy improbable, consideró el veterano vaticanista italiano Marco Politi, quien en su blog interpretó que el Papa, al haber recibido al cardenal Parolin y a Peña Parra, “lanzó el mensaje de que no piensa rendirse”.
Otro fiel reflejo de que si bien está enfermo, hay un Papa que sigue gobernando, fue la designación de cuatro obispos -un canadiense y tres brasileños- y de dos altos funcionarios del Governatorato, según el boletín diario del Vaticano.
El Vaticano también difundió el mensaje del Papa para la Cuaresma de este año, titulado “Caminemos juntos en la Esperanza”. La Cuaresma comenzará el próximo 5 de marzo, el miércoles de la semana que viene. Es habitual que se difunda este mensaje, en todos los idiomas, con anticipación, para que todas las iglesias del mundo puedan prepararse a esa fecha, que marca el inicio del período de 40 días que precede la Semana Santa. En medio de la aprensión por la salud del papa Francisco, de 88 años, los más optimistas esperan que para esa fecha pueda estar recuperado.
Las últimas noticias que llegan, en efecto, son mucho más positivas, sobre todo después de un fin de semana dramático, cuando se temió lo peor. “El Papa ha descansado bien, toda la noche”, dijo esta mañana el vocero papal, Matteo Bruni, provocando otro gran respiro de alivio entre los cientos de miles de católicos del mundo que siguen en vilo la internación del papa Francisco, que aunque sigue con pronóstico reservado, está lentamente mejorando. Pese a la multiplicación de noticias falsas y rumores de todo tipo, en efecto, el último parte médico, de anoche, indicó que tampoco ayer, lunes, tuvo crisis respiratorias, algunos exámenes de laboratorio presentaron mejoras, la leve insuficiencia renal no está preocupando y continúa con oxígeno a través de cánulas nasales, pero con flujos reducidos; además, retomó su actividad laboral y llamó a la parroquia de Gaza. Todas señales más que positivas.
Fuentes vaticanas hicieron saber que el Papa durmió bien, sin interrupciones, que sigue con su terapia y que las condiciones son las mismas del último parte médico, es decir, ya no tuvo otras crisis respiratorias. Puede levantarse y sentarse en su sillón y, ante una pregunta, dijeron que no está utilizando sedantes.
A la espera de un nuevo parte médico
“Las condiciones clínicas del Santo Padre, aún críticas, demuestran una leve mejora”, aseguró ayer el último parte, que destacó, por otro lado, que por segundo día consecutivo también el lunes “no se han verificado episodios de crisis respiratorias asmáticas”. Otros datos positivos fueron que “algunos exámenes de laboratorio han mejorado”, que “el monitoreo de la leve insuficiencia renal” aparecida en la víspera “no despierta preocupación” y que “la oxigenoterapia continúa, aunque con flujos y porcentaje de oxígeno ligeramente reducidos”.
“Los médicos, considerando la complejidad del cuadro clínico, en vía prudencial, aún no deciden sobre el pronóstico”, añadieron, queriendo decir que sigue con pronóstico reservado. Y hablaron de una jornada evidentemente mucho mejor que las del fin de semana: “por la mañana recibió la Eucaristía, mientras que por la tarde retomaría sus actividades de trabajo” y más tarde “llamó al párroco de la parroquia de Gaza para expresarle su cercanía paternal”, precisó. Según trascendió, quiso agradecer un video que le mandó el sacerdote argentino, Gabriel Romanelli, párroco de Gaza, al que viene llamando religiosamente desde hace más de 15 meses.
“El Papa Francisco agradece a todo el pueblo de Dios que se ha reunido en los últimos días para orar por su salud”, concluyó el parte, refiriéndose, entre otras convocatorias, al primer rosario rezado por su salud por miles de personas anoche en la Plaza de San Pedro, dirigido por el cardenal Pietro Parolin, su número dos.
Ya por la mañana de ayer se había percibido una situación más calma, dentro de un cuadro de todos modos complejo. “La noche ha pasado bien, el Papa ha dormido y está descansando”, hizo saber su vocero, Matteo Bruni, después de las 8 de la mañana locales. Más tarde, fuentes del Vaticano dijeron que se seguía con su terapia y que estaba de “buen humor”.
En medio de un clima de alarma mundial, la información nuevamente aplacó la tensión, rumores y versiones incontroladas sobre la salud del Pontífice, internado desde el 14 de febrero con una bronquitis que degeneró en una neumonía bilateral que implicó varias otras descompensaciones y un cuadro clínico delicado para alguien de su edad. Las mismas fuentes dijeron que el Papa se puede mover, se sienta en un sillón, se alimenta normalmente y “no tiene dolor”, en alusión a ese “sufrimiento” revelado en la jornada del sábado, la peor hasta ahora, cuando tuvo una crisis respiratoria asmática prolongada y, además, le hicieron transfusiones de sangre. Además, después de dos días difíciles, volvió a tener cierta actividad laboral, con lectura de textos y firma de documentos.