Bajar de peso suele ser uno de los objetivos de muchas personas; sin embargo, la mayoría de las veces suele ser una tarea más difícil de cumplir de lo que parece pues en muchas ocasiones, sin importar las dietas o el ejercicio que se realice, parece una meta imposible de alcanzar. Y es que existen una gran cantidad de factores que pueden interferir en este proceso y uno de los más difíciles de controlar suelen ser la acción de una gran variedad de hormonas que pueden interferir en este objetivo.

Si bien, como se mencionó antes, son muchas las hormonas que pueden interferir existe una en especial que tiene una gran influencia en el proceso de la pérdida de peso. A esta hormona se le conoce como leptina y es conocida como la “hormona para bajar de peso” debido a que su función principal es disminuir la sensación de apetito en el organismo.

Es por esta razón que la alteración en la producción de esta hormona se ha asociado con la posterior aparición de la obesidad. Por ejemplo, un estudio elaborado por la Universidad de Granada encontró que la leptina no solo regula el apetito sino que también interviene en el balance energético, en el el peso corporal y en el proceso de metabolización de las grasas.

Actualmente se sabe que para el mantenimiento del peso corporal a lo largo de la vida es necesario lograr un balance energético entre la cantidad de energía que ingresa al cuerpo y la que quemamos mediante la actividad física que realizamos; sin embargo, aunque busquemos regularla mediante la ingesta de alimentos y el ejercicio, la baja producción de la leptina puede impedir al cuerpo lograr dicho balance. Por otro lado, su escasez también nos puede impedir tener saciedad a pesar de ingerir la cantidad de alimento adecuado.

Por otro lado, es importante mencionar que la leptina tiene una hormona que es su contraparte, la cual recibe el nombre de grelina y que, a diferencia de la leptina, estimula la sensación de hambre.

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