El equipo conducido por Lionel Scaloni no pasó una noche tranquila en la concentración, debido a  que un grupo de personas comenzó a tirar fuegos artificiales en la puerta del hotel Camino Real para complicar el descanso de los campeones.

Fue alrededor de las tres de la mañana que comenzaron los ruidos y explosiones, en un ritual típico de partidos de Copa Libertadores y que a veces se traslada a encuentros de selecciones.