Según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) las muertes mensuales por sobredosis de xilacina aumentaron de 12, en enero de 2019, a 188, en junio de 2022. También encontró que las sobredosis mensuales de fentanilo con xilacina aumentaron en un 276 % en poco más de tres años.

Estas cifras, han despertado gran alarma, a los que se suman las imágenes de videos que circularon recientemente por las redes, en las que se ve a consumidores de xilacina encorvados y tirados en el suelo, sufriendo lo que se conoce como “dope lean”, término en inglés que se usa para describir a las personas que por efectos de las drogas quedan inclinadas.

Desde hace varios años el consumo pasó de ser de monodrogas a las poliadicciones. Según el CDC, “El uso intencional de múltiples sustancias ocurre cuando una persona toma una droga para aumentar o disminuir los efectos de una droga diferente o quiere experimentar los efectos de la combinación”.

Las drogas se suelen combinar con alcoholclonazepam, y heroína, entre otras sustancias; pero la asociación que hoy preocupa actualmente es entre la xilacina y el fentanilo.

El doctor Enrique De Rosa Alabaster, médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista, especialista en temas de salud mental, en una nota reciente en Infobae explicó que “la xilacina y el fentanilo tienen efectos diferentes, pero sinérgicos sobre el sistema nervioso central. Cuando se usan juntos, pueden potenciar sus efectos e incrementar el riesgo de sobredosis y muerte”. La xilacina se consume por inyección, ingestión, aspiración o inhalación.