La aplicación móvil CBP One, que permitía a migrantes ingresar a Estados Unidos a través de los pasos de entrada en la frontera con México para solicitar asilo, dejó de funcionar este lunes. Lo informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en su página web.

El presidente  Donald Trump tomó posesión este lunes  y, en su discurso inaugural, adelantó sus medidas para llevar a cabo deportaciones masivas y militarizar la frontera.

A través de CBP One, los migrantes que estaban en territorio mexicano podían llenar un formulario con sus datos y solicitar una cita para presentarse a un puesto de entrada de la frontera sur.

En sus dos años de vigencia permitió a casi un millón de inmigrantes pedir una cita para ingresar legalmente a Estados Unidos en busca de asilo.

“A partir del 20 de enero de 2025, las funcionalidades de CBP One que anteriormente permitían a los extranjeros indocumentados presentar información anticipada y programar citas en ocho puertos de entrada de la frontera suroeste ya no están disponibles, y las citas existentes fueron canceladas. La acción dejó sin efecto las citas pendientes, unas 30000, de acuerdo con medios estadounidenses.

Son una marea de entre  10 a 13 millones de personas bajo riesgo de deportación . Muchos entraron ilegalmente al país, otros están amparados en distintos programas que les permiten trabajar mientras guardan la resolución de sus casos, y cientos de millas están a la espera de una cita con el juez de migración, para que decida si finalmente se les otorga su pedido de asilo.

Consultas urgentes desde todas partes del mundo.

“Cada día recibo unas 40 consultas de personas preocupadas o desesperadas. La mitad vive en los Estados Unidos y está en proceso judicial de asilo o de legalización. La otra mitad está fuera del país. Hay personas que están en el exterior y se encuentran en pánico porque  esta misma semana tienen las entrevistas  para sus solicitudes de asilo. Hay, literalmente, decenas de millas de personas esperando esa cita”, afirmó.

La suspensión de programas que beneficiaban a inmigrantes es un hecho. También la  declaración de emergencia  en la frontera sur impulsada por Trump. Las autoridades mexicanas advirtieron este lunes a los inmigrantes el inminente fin del trámite conocido como “CBP One”, la solicitud de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense que permite gestionar citas de asilo desde México. Hay millas de personas que tenían turno de presentación en los próximos días.

Pero hay otros beneficios que también quedarán en la nada, incluso el que otorga la ciudadanía a los hijos de inmigrantes ilegales nacidos en el país. “Por ejemplo, el programa de parole humanitario, por el que entraron 500.000 personas, ya murió. Hay cientos de miles de personas en espera que no van a entrar”, apuntó el abogado.

En la Florida, ya comienzan a vislumbrarse algunos cambios. “Tú te paras en las tiendas de Home Depot, especializadas en materiales de construcción, y en el parqueo puede haber entre 15 a 20 personas esperando trabajo, la mayoría sin documentos. Esas personas no van a ir más ahí porque corren el riesgo de que los deporten”, comentó Allen.

Es una situación paradójica. Se trata de los mismos inmigrantes ilegales que están apagando el fuego en Los Angeles o ayudan a construir las casas del oeste de la Florida arrasadas por los últimos huracanes. Además, son los que levantan las cosechas en el campo y trabajan en la mayoría de los mataderos y frigoríficos en todo el país.

Sin embargo, los migrantes siguen insistiendo. Miles de sudamericanos y centroamericanos partieron este lunes en una caravana desde la frontera sur de México rumbo a los Estados Unidos. Es la primera caravana de la segunda presidencia de Trump. A ellos no les importan las advertencias de deportaciones masivas y las nuevas restricciones. Muchas mujeres van con sus niños en brazos y solo con una mochila como equipaje.

A miles de kilómetros de distancia, Trump planea militarizar la frontera para expulsar a millones de migrantes y detener el flujo incesante que llega desde el sur. Vienen desde todos lados y muchos llegan a cruzar la peligrosa selva del Darién, entre Colombia y Panamá. Los cálculos más optimistas señalan que hay unos 300.000 migrantes de viaje por México a la espera del momento para entrar a los Estados Unidos. Allí, ya se encuentran entre 10 a 13 millones más preocupados por su futuro.

“Solo me queda esperar”, dijo Meza. Volver a Cuba, para él, no es una opción. Tampoco lo es para la mayoría de los migrantes que escapan de la pobreza y las persecuciones en sus países de origen. Para ellos, la era Trump es solo un escollo más en su camino.