Murió "El hombre del brazo de oro": salvó a más de dos millones de bebés con sus donaciones de plasma
El australiano realizó 1.173 donaciones. Su plasma contenía un anticuerpo poco común conocido como anti-D, clave para combatir la enfermedad hemolítica del recién nacido.
James Harrison les tenía miedo a las agujas, pero ese temor no fue impedimento para donar sangre y salvar la vida de 2,4 millones de bebés a lo largo de más de seis décadas gracias a su plasma. Recientemente, su familia comunicó su muerte a los 88 años y dejó sumergido en un profundo pesar a toda Australia.
Conocido como "El hombre del brazo de oro", este exempleado del Departamento de Ferrocarriles del Estado actualmente se encontraba en una residencia de ancianos en la región de la costa central de Nueva Gales del Sur. El legado que construyó hasta la fecha de su deceso, el pasado 17 de febrero, será difícil de borrar porque, entre otras cosas, fue reconocido por Guinness World Records en 2005 como la persona que había donado más plasma sanguíneo en el mundo, logro que fue superado 17 años después por el estadounidense Brett Cooper, de Walker, Michigan, en Estados Unidos.
Motivado por una experiencia personal que le cambió la vida, Harrison inició su trayectoria como donante de sangre a los 18 años, en 1954. Es que, a los 14 años, se sometió a una compleja cirugía pulmonar que requirió numerosas transfusiones de sangre. Creen que ese tratamiento, precisamente, fue el que le permitió desarrollar altas concentraciones de anti-D.
Su padre le explicó que debía su supervivencia a personas anónimas que habían donado su sangre desinteresadamente. Ese mensaje creó en un joven James un deseo de retribuir el gesto en cuanto cumpliera la edad mínima requerida para donar.
El anticuerpo poco común que tenía su sangre
Según especialistas, su sangre contenía un anticuerpo poco común, conocido como anti-D. Se trata de un componente esencial para la fabricación de inyecciones que protegen a los bebés no nacidos y que previenen la enfermedad hemolítica del recién nacido.
Se trata de una condición potencialmente mortal, que se presenta cuando el sistema inmunológico de una madre con sangre RH negativa ataca los glóbulos rojos de su bebé RH positivo.
Harrison realizó un total de 1.173 donaciones de plasma a lo largo de 64 años, hasta que, en 2018, tuvo que retirarse a los 81 años debido a los límites de edad impuestos por la legislación australiana, no sin antes permitir la producción de 2,4 millones de dosis de la vacuna.
Un gran reconocimiento para Harrison por salvar a millones de bebés
La Cruz Roja de ese país oceánico, a través de su programa Lifeblood, homenajeó a Harrison por su invaluable contribución. La entidad destacó que en Australia apenas existen 200 donantes de anti-D, quienes cada año ayudan a salvar a 45.000 madres y sus hijos. El tratamiento con este anticuerpo contra la enfermedad hemolítica del recién nacido no se descubrió hasta la década de 1960.
Stephen Cornelissen, director ejecutivo de Lifeblood, recordó a Harrison como "una persona notable, estoicamente amable y generosa, comprometida con una vida de donaciones".
El invaluable aporte de Harrison no se redujo solo a personas desconocidas. Por caso, su hija, Tracey Mellowship, requirió el tratamiento anti-D cuando dio a luz a sus dos hijos. Al mismo tiempo, su nieto Jarrod Mellowship explicó que su esposa, Rebecca, también necesitó la inyección cuando nacieron tres de sus cuatro hijos.