El brazo armado del movimiento islamista palestino Hamás disparó el domingo varios cohetes contra la ciudad israelí de Tel Aviv, en una escalada del conflicto que la diplomacia internacional intenta detener con nuevos esfuerzos para reanudar la negociación de una tregua.

Las sirenas de alarma resonaron en el centro de Israel por primera vez en meses. Poco después, las brigadas Ezedin al Qasam, brazo armado de Hamás, afirmaron en Telegram que habían atacado Tel Aviv "con una importante andanada de cohetes en respuesta a las masacres sionistas contra civiles".

El ejército israelí aseguró que se dispararon al menos ocho cohetes desde Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, donde sus fuerzas luchan contra combatientes islamistas palestinos. "Algunos cohetes fueron interceptados", precisó.

Horas antes, los bombardeos y los disparos de artillería israelíes habían golpeado el norte y el centro del territorio palestino, así como Rafah, ciudad en el extremo sur de la que han huido cientos de miles de palestinos.

La defensa civil gazatí afirmó que recuperó seis cuerpos tras un ataque aéreo contra una casa en el este de Rafah, donde Israel prosigue sus operaciones militares pese a que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) le ordenó el viernes suspenderlas en este sector.

Más de 8 meses de conflicto

La guerra estalló el 7 de octubre, cuando comandos islamistas de Hamás mataron a más de 1.170 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel, según un balance de la AFP basado en datos oficiales israelíes.

Los milicianos también secuestraron a 252 personas. Israel afirma que 121 permanecen secuestradas en Gaza, de las cuales 37 habrían muerto.

En respuesta, Israel prometió "aniquilar" a Hamás y lanzó una ofensiva contra la Franja de Gaza, en la cual han muerto hasta el momento 35.984 palestinos, en su mayoría civiles, según el ministerio de Salud del territorio palestino, gobernado por el movimiento islamista.

En el sur, el ejército israelí inició el 7 de mayo operaciones terrestres en algunos sectores de Rafah, donde afirma que se encuentran los últimos bastiones de Hamás, considerado como una organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea.

Casi 36.000 palestinos han muerto en los ocho meses de guerra, según el Ministerio de Salud gazatí, que no distingue entre combatientes y civiles. En torno al 80% de los 2,3 millones de habitantes del territorio han huido de sus hogares, el hambre es generalizada y funcionarios de Naciones Unidas dicen que partes del territorio sufren hambruna.

Unas 800.000 personas huyeron desde ese día de la ciudad, según la ONU, que advierte de la catastrófica situación humanitaria en toda la Franja de Gaza, con riesgo de hambruna y hospitales fuera de servicio debido al asedio de Israel.

Clarín