Una explosión masiva en dispositivos "beeper" utilizados por Hezbollah dejó ocho muertos y casi 2.800 heridos en Líbano y Siria, en lo que se sospecha fue un ciberataque israelí. Las detonaciones ocurrieron de manera casi simultánea en varias regiones donde opera el grupo chií libanés, afectando a numerosos militantes, incluyendo altos mandos, y al embajador iraní en Líbano, Mojtaba Amani, quien resultó herido.

Los "beepers" o buscapersonas son dispositivos de mensajería que, a diferencia de los teléfonos móviles, no requieren conexión a internet ni tarjeta SIM. Estos aparatos son utilizados para recibir mensajes y alertas, especialmente en áreas donde las redes móviles son menos confiables o controladas. Según los informes, la intervención en estos dispositivos habría desencadenado las explosiones, causando una tragedia que generó caos en los hospitales de la región.

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Hezbollah y el Ministerio de Exteriores libanés responsabilizaron a Israel por el ataque, aunque las autoridades israelíes no se pronunciaron al respecto. El incidente se produce en un contexto de tensiones militares crecientes entre Hezbollah e Israel, que se han enfrentado en intercambios armados desde el estallido de la guerra en Gaza hace casi un año.

La Cruz Roja libanesa desplegó varias ambulancias en las zonas afectadas, mientras que el Consejo de Ministros de Líbano calificó el ataque como una violación grave de su soberanía, condenando enérgicamente lo sucedido. Según las primeras versiones oficiales, los pagers explosivos formaban parte de un cargamento que "llegó recientemente" al Líbano.