La costa reseca y las cada vez menos profundas aguas del lago Titicaca están provocando una creciente alarma alrededor del lago más grande de América del Sur, a medida que una ola de calor brutal causa estragos en el invierno del hemisferio sur.

Al igual que muchos lugares que sufren las consecuencias mortales del cambio climático, el extenso lago de agua dulce ubicado en las montañas de los Andes, en la frontera de Bolivia con Perú, ahora presenta un nivel de agua que se acerca a un mínimo histórico.

A nivel mundial, julio fue el mes más cálido registrado, ya que los períodos secos prolongados tuvieron un impacto especialmente alto tanto en humanos como en animales. "El Titicaca está a solo 30 centímetros de alcanzar su mínimo histórico anotado en 1996 debido a la severa sequía", dijo Lucía Walper, funcionaria del servicio de hidrología y meteorología de Bolivia.

Agregó que la sequía podría durar hasta noviembre en algunas partes del país. Los agricultores de la comunidad adyacente de Huarina están desesperados por recibir ayuda.