En el mes de mayo de este año el Turco Naim y Emilia Attias tomaron la decisión de ponerle fin a su relación tras 20 años en pareja y una hija en común, Gina. Con la intención de comenzar un nuevo capítulo en su vida, armó las valijas y se mudó a Montañita, un pequeño pueblo costero en Ecuador. Tras cinco meses de su separación, el humorista habló por primera vez en DDM (América TV) y reveló la parte más dura de la separación.

En este nuevo comienzo se embarcó en una apuesta gastronómica, montando un restaurante en la costa junto a sus socios. Sentado en el restaurante, que inaugura en el mes de noviembre, con el pelo platinado, una musculosa de color gris y un bronceado caribeño, se mostró tranquilo y mostró imágenes de la paradisiaca playa en la que se encuentra.

Acerca de la mudanza dijo: “Venía postergándolo porque uno cuando está en familia tiene un plan familiar. Cuando uno se queda soltero decís ‘¿Qué tengo ganas de hacer?’. Yo tenía ganas de hacer esto, pero por supuesto no quiero perder lo mío en Buenos Aires”. La reflexión no quedó allí y agregó: “A todas las personas les pasa que cuando se disuelve una familia después de tantos años, de tantas cosas hermosas, uno siempre tiene que reencontrarse y en ese reencontrarse está la sabiduría que vos tengas para volver a estar bien”.

El cambio de ritmo entre la gran ciudad y Montañita no fue un problema para el actor: “Vivo una vida de pueblo. Me levanto a las seis de la mañana y surfeo. Me levanto y me meto al mar”, contó sobre su rutina actual. Sin embargo, toda la felicidad de este nuevo proyecto se vio opacada por la gran cantidad de tiempo separado de su hija, con la que tiene un gran vínculo.

“Tuve que dejar de verla cuatro meses, fue lo más duro para mí porque nunca me había separado de ella. Hablo todos los días. Ahora con esta tecnología no sufro lo que sufrían los padres de antes”, detalló el flamante empresario gastronómico. A pesar de hablar todos los días, las cosas no son las mismas y confesó: “Igual, querés estar, ver la onda, saber qué pasa”.

“El lunes viajo a Buenos Aires por 20 días, para después volver acá. En enero y febrero viene ella, que viene desde que tiene seis meses y tiene sus amistades”, contó acerca de los planes a futuro. “La idea es una vez cada dos meses ir a Buenos Aires porque tampoco quiero perder mi trabajo”, cerró, dejando en claro que no descarta la idea de ir y venir por trabajo y para visitar a Gina.