Las remarcaciones en medio de la incertidumbre electoral y la liberalización de algunos precios pisados por el Gobierno, hicieron que durante noviembre la inflación acelerara nuevamente para aumentar 3,1%, mientras que en la semana anterior el alza había sido de 2,3%. En el oficialismo tratan de atribuir esa aceleración al triunfo de Javier Milei en el balotaje. Economistas consultados disienten con esta visión, aunque proyectan para el mes en curso un índice de entre 15% y 18%.

El dato del comportamiento semanal de los precios surge del índice de inflación que elabora la Secretaría de Política Económica, que depende del ministro de Economía, Sergio Massa. En el informe oficial se destacó, además, que los aumentos de mayor magnitud se registraron en los rubros de alimentación: carnes (3,4 por ciento), productos de almacén y bebidas (4,8), y frutas (11,6), entre otros.

Las expectativas de sinceramiento en los precios del tipo de cambio oficial, tarifas, servicios regulados y productos de consumo masivo enmarcados en Precios Justos que generó el triunfo de Javier Milei en las elecciones derivaron en un salto de la inflación en la última semana del mes. “Los datos de la última semana mostraron que tras la segunda vuelta electoral los precios crecieron a un ritmo del 6,6% semanal, el mayor registro de toda la administración de Alberto Fernández”, consignó el informe de LyP.

“La suba estuvo impulsada por el rubro de alimentos y bebidas, donde anotamos subas del 12% para la mayor parte de los productos; algo vinculado al vencimiento del programa de Precios Justos que se renovó con actualizaciones del 12%. Y también por el lanzamiento de un nuevo tipo de cambio diferencial, 20% superior al oficial, para todas las exportaciones, equivalente a un salto cambiario para toda la canasta de productos transables que son parte de nuestra canasta exportable”, explicaron.

Desde la consultora C&T informaron que su relevamiento arrojó un IPC del 11,5% en noviembre y una variación interanual del 161,6 por ciento. En paralelo, anticiparon que para diciembre se espera un nivel todavía superior. “El mes arrancó con diversos ajustes significativos luego del freno que había tenido lugar hasta las elecciones generales de octubre. Luego hubo una moderación y después del balotaje comenzaron a registrarse incrementos fuertes y generalizados”, destacaron.

Para C&T, salud fue el rubro de mayor suba a partir del alza del 19% en los medicamentos, una de las más altas de todos los rubros del IPC. En esparcimiento se destacaron el turismo y los equipos electrónicos; en el caso de los últimos, a pesar de las ofertas que tuvieron lugar durante el mes. Los electrodomésticos impactaron particularmente en equipamiento y mantenimiento del hogar, acompañados por los productos de limpieza y un nuevo aumento para las empleadas domésticas.

En dicha medición, alimentos y bebidas subió 13%, con alzas generalizadas, que no bajaron del 9% y que llegaron hasta el 22% en frutas y verduras. En transporte y comunicaciones, los componentes más influyentes fueron el mantenimiento de vehículos, los servicios de conexión y los equipos de comunicaciones.

La estimación de Eco Go sobre la inflación general de noviembre fue del 13,4 por ciento. Allí vale destacar que los alimentos subieron 3,4% en la última semana, un rubro sensible para los sectores de menores recursos.

Esa dinámica también se observó en el informe que realiza semanalmente la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía, a cargo de Gabriel Rubinstein. El índice general relevado por el Palacio de Hacienda se movió un 3,1% al alza, en comparación con el 2,3% que había marcado en la semana previa. Así, el ritmo de avance de la inflación acumulada en 4 semanas pasó del 9,6% al 10,8 por ciento.

Emilio Prado, Economista de LyP, sostuvo: “Es evidente, otra vez, que los controles de precios y los cepos cambiarios no terminan en buen puerto, y mucho menos, para enfrentar las consecuencias de una monumental emisión de pesos para paliar los excesos de gasto público. Si bien se espera mayor inflación en el corto plazo, el nuevo gobierno debe de ejecutar un plan de estabilización lo más ordenado posible y presentar una serie de reformas que den sustento a este plan para que los precios empiecen a desacelerarse antes de que termine el año 2024″.