Esta estrategia también le permitirían recuperar el control sobre las tasas de interés. La última vez que el Banco Central modificó la tasa de política monetaria fue el 14 de mayo, cuando la recortó en diez puntos porcentuales, de 50% a 40% nominal anual (TNA). Esto significó un costo de financiamiento más bajo para el Estado (el pago de intereses es menor), pero también una licuación para los ahorristas, ya que los plazos fijos y los fondos comunes de inversión money market pasaron a rendir 2,5% mensual.
Además, los dólares libres empezaron a tender al alza y pusieron fin a la pax cambiaria que habían registrado durante los últimos tres meses. No obstante, desde el Gobierno descartaron que hoy se comunique un cambio en las tasas.
“Es de esperar que en las licitaciones de LeFi, las tasas tiendan a aumentar, dado que la cantidad de dinero ahora quedará fijada (o esa parece ser la nueva regla)”, planteó un informe de Invecq. Desde el Banco Central evitaron en los últimos días dar pistas sobre si sobrevendrá un reajuste en las tasas.
Pero de por sí hay otros argumentos también para sostenerla en los niveles actuales, según analizan también en el mercado. “Mantener la tasa de política monetaria en 40% sería una nueva muestra de la convicción del equipo económico en mantener la trayectoria bajista de todas las variables nominales (inflación y tasas nominales) con la idea de que converjan al 2% mensual del crawling peg”, dijo la consultora 1816 en un informe a clientes.
La cuestión no es menor porque la “convergencia” de la tasa de inflación con la del tipo de cambio oficial pareciera ser el nuevo objetivo en la mira del equipo económico como precondición para liberar el cepo cambiario, algo sobre lo que el presidente Javier Milei brindó alguna precisión adicional en las últimas horas, en conversación con usuarios de X.
En ese contexto, el jefe de Estado precisó que la inflación que esperan que llegue al 2% mensual no es el IPC general sino que mirarán la inflación núcleo –la que descarta en la medición los precios estacionales y regulados– y la mayorista. La última núcleo fue en junio de 3,7% según el Indec y el BCRA espera un 3,2% para julio; mientras que la última mayorista fue de 2,7 por ciento. Una vez que converja al 2% mensual, el Gobierno podría buscar según analistas hacer aún más lento el crawling peg para acercarlo al 1% y, si la inflación acompañara, dejar el tipo de cambio fijo.
Con el pase de manos de la deuda que ejecutaron el Banco Central y el Tesoro este lunes, el Gobierno cierra formalmente una de las canillas de emisión de pesos para intentar acelerar la caída del ritmo de inflación y hacerlo converger hacia el 2% mensual, es decir, la velocidad a la que se mueve el tipo de cambio oficial.
El cambio que opera desde hoy implica un cambio de “bolsillo” pagador: mientras hasta este viernes los intereses de los pasivos remunerados del BCRA eran pagados con emisión monetaria, desde ahora ese costo será afrontado por el Ministerio de Economía, que necesitará así reforzar su resultado fiscal para mantener su capacidad de pago.