Los proveedores aumentaron los precios en un 9% y los supermercados rechazaron la medida
Desde la federación que agrupa a los comerciantes, aseguraron que no tienen responsabilidad en los costos que les llegan a los consumidores.

En el marco de las negociaciones con los proveedores, los supermercadistas han expresado su postura respecto a los aumentos de precios de los productos que se han presentado tras la implementación de un nuevo esquema cambiario. Ricardo Zorzón, presidente de la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios, ha afirmado que no aceptarán incrementos que consideren desmedidos, subrayando que su rol no es el de formadores de precios, sino que se limitan a trasladar los costos que les impone la industria.
La preocupación por el impacto de estos aumentos se hace evidente en el contexto económico actual. En marzo, los alimentos vieron un incremento del 5,9%, cifra que supera notablemente el índice general de inflación, que se situó en un 3,7%. Este aumento es significativo, especialmente si se considera que los productos de la canasta básica registraron el aumento más alto en los últimos siete meses, lo que ha generado inquietud entre los consumidores.
Zorzón destacó que, en la actualidad, los consumidores están optando por realizar sus compras en aquellos negocios que les ofrezcan mejores precios. Esta dinámica refleja un cambio en los hábitos de consumo, donde la búsqueda de la mejor oferta se ha vuelto primordial. En este sentido, el presidente de la Federación enfatizó que los supermercadistas no convalidarán aumentos que consideren excesivos, reiterando que su responsabilidad primordial es cuidar el bolsillo del cliente.
Este panorama se complica aún más por el hecho de que el consumo en supermercados y autoservicios ha caído un 5,4% interanual en marzo, según datos de la consultora Scentia. Este descenso en la actividad comercial puede estar relacionado con la percepción de los consumidores sobre los precios y la calidad de los productos ofrecidos.
El escenario actual presenta desafíos significativos tanto para los supermercadistas como para los consumidores, en medio de una economía que sigue lidiando con la inflación y los cambios en la dinámica del mercado.