Fundada en 1936 por el visionario Enrique Marsó en la pintoresca Colonia San José, Entre Ríos, Las Camelias ha recorrido un fascinante camino desde sus humildes inicios hasta convertirse en una de las principales empresas avícolas de Argentina. 

Su notable crecimiento y su fuerte perfil exportador son testimonios de la dedicación y pasión que esta familia ha puesto en su labor a lo largo de las generaciones.

Un Comienzo Modesto pero Prometedor

La historia de Las Camelias es un relato inspirador que se inicia con una simple docena de gallinas ponedoras. 

Enrique, motivado por un boletín del Senasa sobre las oportunidades en la avicultura, decidió emprender junto a su esposa, Lola. 

Comenzaron vendiendo huevos en su comunidad, pero su visión iba más allá. 

Con el tiempo, sus hijos se unieron al negocio familiar, expandiendo la producción con la cría de aves reproductoras y la creación de un modelo de integración vertical que cubre todo el ciclo productivo.

Un Legado Familiar que Evoluciona

Hoy en día, la empresa está liderada por la cuarta generación de la familia Marsó, con figuras destacadas como Raúl, Graciela, Pablo y Eduardo. 

Su enfoque en la inversión, la innovación y la expansión ha permitido que Las Camelias procese alrededor de 60 millones de cabezas de aves al año y exporte cerca del 30% de su producción a 60 países. ¡Impresionante, ¿verdad?! 

Además, han establecido un nicho especial en el mercado internacional al vender harina de alas a Vietnam y Chile, y harina de sangre y vísceras para la industria de alimentos para mascotas en el mercado interno.

Infraestructura y Alcance Comercial

Las Camelias no solo se destaca por su producción, sino también por su infraestructura robusta. Con cuatro plantas industriales, 13 centros de distribución, y un impresionante número de 1.250 millones de pollos alojados semanalmente, la compañía produce y distribuye 6.000 toneladas de alimento balanceado cada semana. 

Además, cuenta con una red de 2.500 proveedores y 3.200 clientes. Esta red no solo genera empleo, sino que también respalda a más de 1.300 personas en su plantilla, sin contar a los 200 productores que crían pollos para la empresa.

Innovación y Diversificación: Mirando hacia el Futuro

En los últimos años, la familia Marsó ha demostrado su espíritu emprendedor al diversificarse hacia nuevos rubros, siempre con un fuerte sentido de pertenencia a la región. 

En enero de 2023, adquirieron Porcomagro, una firma de fiambres y chacinados de cerdo, lo que les permite expandirse también en el sector porcino. ¡Una jugada estratégica que sin duda potenciará aún más su crecimiento!

Además, en enero de 2024, Eduardo Jorge Marsó adquirió Vassalli Fabril, una histórica fábrica de cosechadoras que había enfrentado dificultades económicas. 

La visión de revitalizar esta planta y reinsertarla en el competitivo mercado de maquinaria agrícola muestra la audacia y determinación de la familia por mantener viva la tradición de innovación y progreso.

Una Empresa Sólida y Bien Posicionada

En lo que respecta a su salud financiera, Las Camelias se presenta como una empresa sólida. Según registros actualizados del BCRA, cuenta con créditos en situación 1 (sin atrasos en los pagos) por poco más de 3.400 millones de pesos, lo que habla de su buena gestión y compromiso con el crecimiento sostenible.

En resumen, Las Camelias es más que una empresa avícola; es un símbolo de trabajo arduo, innovación y legado familiar en Argentina. Con una historia que inspira y un futuro prometedor, este gigante avícola sigue volando alto, llevando la bandera de la calidad y la excelencia en cada uno de sus productos. ¡Y quién sabe qué nuevos horizontes alcanzarán en los próximos años!