El consumo en Argentina cerrará 2024 como un año de transición marcado por profundos cambios en los hábitos de los hogares, la contracción de bienes masivos y recuperación parcial en los sectores de tecnología y electrodomésticos. Este proceso estuvo impulsado por el contexto macroeconómico de estabilización que atravesó el país, mientras las empresas y consumidores buscaron adaptarse a un escenario desafiante.

Si bien analistas y empresarios destacan que el consumo no alcanzará los niveles del 2023, se observa desde mediados de año señales de recuperación en rubros específicos gracias al mayor financiamiento, eventos comerciales y gradual mejora en las expectativas de estabilidad económica, baja de la inflación y recuperación salarial.

La gran pregunta es si en 2025 esta tendencia se consolidará con crecimiento homogéneo en todos los rubros o si la recuperación seguirá siendo desigual. Por lo pronto, nadie duda de que la economía crecerá entre 3% y 5%, lo que podría traducirse en mayor demanda, fortalecida aún más si la inflación continúa bajando.

El consumo en 2024 reflejó los efectos de un 2023 marcado por desequilibrios macroeconómicos, incluyendo la caída del 1,6% del PBI y tasa de inflación que cerró en 211%. Este año fue de transición, con el objetivo de corregir las distorsiones macroeconómicas y estabilizar precios. Aunque no priorizamos un despegue del consumo en el corto plazo, el 2025 será un mejor año gracias al crecimiento sostenido de la inversión y la productividad”, dijo Matías Bolis Wilson, jefe de Economía de la Cámara Argentina de Comercio (CAC).

Los datos del Indec respaldan este análisis: mientras la actividad económica mostró una leve contracción en septiembre de 0,3%, los meses siguientes sugieren un retorno al crecimiento moderado. Las proyecciones para 2025, con un crecimiento estimado del PBI del 5%, refuerzan la expectativa de un repunte en el consumo.

/Infobae