Cayó un 20% el consumo de naftas y gasoil tras los últimos aumentos
Desde noviembre, los combustibles acumulan incrementos aumentos superiores al 140%
Los aumentos en los precios de los combustibles ya empezó a impactar en los surtidores en los primeros días del 2024. Tras subas escalonadas que -desde noviembre superan el 140% de aumento- las ventas de los combustibles cayeron un 20% desde que comenzó el año, según las estaciones de servicio.
La merma en los volúmenes de venta afectó mas a los combustibles “premium”, que son -estimativamente y según las petroleras- un 23% más caros que la nafta super o el gasoil común.
En particular, la caída en los volúmenes expendidos se notó -además- en las estaciones de servicio de las zonas limítrofes, como Mendoza o Misiones, donde los automovilistas chilenos y paraguayos cruzaban la frontera para llenar sus tanques aprovechando el precio más conveniente que había, hasta ahora, en la Argentina. Una diferencia que, no obstante, se mantiene en el caso de Uruguay.
“En este camino de sinceramiento en los precios de los combustibles, que fue necesario porque veníamos de precios congelados, notamos una caída del 15% en el caso de algunas petroleras y del 20% en otras, durante el mes de enero”, comenta Isabelino Rodriguez, presidente de CECHA, la cámara que agrupa a las estaciones de servicio.
Según el empresario, la tendencia es vista con “preocupación” por el sector aunque confían en que las petroleras “deberán encontrar un punto de equilibrio” para que no caiga la demanda, consideró.
De hecho, ocurrió tras la liberación de los precios, que el mercado provocó diferencias importantes de precios entre las estaciones de servicio, incluso del mismo operador ya que algunos entienden que, si bien la nafta a casi $ 1000 beneficia al sector, también perjudica al resto de las industrias y a los consumidores particulares.
Esta competencia entre las marcas, derivó en importantes promociones para la carga de los combustibles, especialmente con billeteras virtuales. Asi, algunas petroleras que había aplicado el último aumento en sus productos por encima de los de YPF, intentaron reducir las diferencias con la petrolera de bandera, aplicando bajas del orden del 1% al 2%.
Por su parte, Guillermo Lego, también representante de la Confederación de Entidades de Comercialización de Hidrocarburos y Afines; consultado sobre cómo seguirá el sendero de aumentos en las próximas semanas, el referente de los estacioneros evaluó que puede darse mediante dos mecanismos diferentes: la actualización de la carga impositiva sobre la nafta y el gasoil y la disparidad entre el barril criollo y el crudo internacional.
En el primer caso, el 1 de febrero llega a su fin el congelamiento del impuesto a la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil dispuesto por Massa el 1 de noviembre de 2023. El gravamen se actualizó por última vez en el segundo trimestre de 2021.
El ex titular del Palacio de Hacienda justificó la inmovilización tributaria alegando que "tratándose de impuestos al consumo, y dado que la demanda de los combustibles líquidos es altamente inelástica, las variaciones en los impuestos se trasladan en forma prácticamente directa a los precios finales de los combustibles".
Hasta el momento, se desconoce si La Libertad Avanza reactivará el tributo o no. Fuentes del sector petrolero aseguraron que el ajuste impositivo implicaría un aumento de entre 8% y 10% en los valores vigentes y, en consecuencia, en el bolsillo de los consumidores.
Por otra parte, la liberalización de las normativas del rubro suprimieron el barril criollo y la diferencia con el crudo internacional tiende a desaparecer. "El productor ahora le va a cobrar al refinador aproximadamente el valor internacional menos el costo del seguro, del flete, etcétera. Entendemos que todavía puede haber un reajuste allí", remarcó Lego.
Históricamente el precio del combustible rondó US$1,20. Si bien la mayor parte de los aumentos previstos para alcanzar este valor ya se implementaron aún quedan algunos factores que pueden volver a impulsar los precios de los combustibles.
En primer lugar el potencial traslado de la carga impositiva sobre la nafta y el gasoil (ICL) que el anterior Gobierno no la trasladaba a los precios al consumidor. Ese gravamen se actualizó por última vez en el segundo trimestre de 2021. Y vence el 1° de febrero, aunque todavía no se sabe si el Gobierno reactivará o no ese tributo.
Si el nuevo Gobierno permite el traslado del ICL a los precios, una suma que ronda los $2800 millones, eso impactaría entre 10% y 11% en los valores de los combustibles. Por otra parte, la liberalización de las normativas del rubro suprimieron el barril criollo. Con lo cual, la diferencia con el precio del crudo internacional tiende a desaparecer. Es decir, ahora, el productor le va a cobrar al refinador aproximadamente el valor internacional menos el costo del seguro, del flete, etcétera. "Entendemos que todavía puede haber un reajuste ahí", cuentan en el sector.
Los otros factores que pueden incidir en las subas e impactar en los bolsillos de los automovilistas es un nueva devaluación del peso y también la incidencia en el corte de los biocombustibles en las naftas que actualmente está en el 7% y la idea es llevarlo al 15%, explicó el titular de CECHA.