El Gobierno y el Fondo Monetario Internacional empezaron a delinear cómo será el próximo paso en la relación financiera entre Buenos Aires y Washington. El ministro de Economía Luis Caputo habló sobre la necesidad de encontrar una “mejor estrategia” para que el FMI pueda apoyar el programa económico de ajuste fiscal que elimine en un solo año todo el déficit.

“Muy buena reunión con Georgieva. Celebra y apoya las medidas y los resultados obtenidos por esta nueva administración. Los equipos continuarán trabajando en la mejor estrategia para seguir apoyando los esfuerzos del país”, expresó el titular del Palacio de Hacienda a través de las redes sociales.

En esa línea se manifestó también la jefa del organismo luego de la reunión: “Celebré los esfuerzos sostenidos de las autoridades para restaurar la estabilidad, apoyar a los más vulnerables y generar apoyo para las reformas”.

Con más poder en el gabinete, Caputo va ahora en dirección a una segunda etapa del programa económico que inauguró en diciembre con las medidas de emergencia como la devaluación del tipo de cambio, el descongelamiento de precios, el aumento del impuesto PAIS, la reducción de la deuda comercial importadora a través de la emisión de bonos en dólares por parte del Banco Central y un ajuste inmediato del gasto público. En esta segunda etapa, el Gobierno -y el FMI- ya tienen identificado el camino a seguir: la eliminación de controles cambiarios. Está en discusión aún el timing, pero hay consenso en que para eso necesitará el BCRA un colchón de divisas que el Fondo Monetario podría aportar.

En el Poder Ejecutivo volvieron a mirar con especial atención a aquellos fondos que quedaron sin desembolsar del acuerdo Stand By de 2018, que suman USD 12.000 millones. Para algunos conocedores de la dinámica y el pensamiento del Fondo, la vigencia del Extended Fund Facility (EFF) desde marzo de 2022 dejó vetusto ese programa y no estaría, así, al alcance de la mano del Gobierno.

Ayer, aparte de la reunión de Caputo y Santiago Bausili con Kristalina Georgieva, hubo otra reunión con perfil más bajo, entre el secretario de Finanzas Pablo Quirno y una de las funcionarias técnicas más relevantes del Fondo, la economista turca Ceyla Pazarbasiogluespecialista en mercados monetarios y de capital y una de las que aprueba los reportes técnicos del staff antes de que sean girados al directorio. “Se dialogó sobre la evolución del programa de Argentina y el balance de la visita de Gita Gopinath al país”, resumieron desde el Ministerio de Economía.

La encerrona que puede enfrentar la Argentina se relaciona con una cuestión central que es para qué tipos de programas el país podría ser elegible, tras el SBA de 2018 y el EFF de 2022. Hay líneas más “modernas” creadas por el Fondo Monetario en los últimos años, pero requieren, para el país deudor, un historial de políticas económicas con el visto bueno del FMI, un caso que no pareciera ser el argentino. Le quedaría, eventualmente, otro SBA -son préstamos de devolución más cortos- u otro EFF, más largos pero con reformas estructurales a cambio.

La delegación argentina en San Pablo se movió con sigilo sobre qué nivel de avances tuvo con el FMI. Por lo pronto, la agenda en la cumbre del G20 incluirá este jueves, el día de cierre, un desayuno entre ministros de finanzas y banqueros centrales de ese foro, y para el ministro de Economía argentino un encuentro mano a mano con la secretaria del Tesoro norteamericano Janet Yellen. Como es conocido, cualquier paso nuevo con el Fondo Monetario necesitará tener la luz verde de la Casa Blanca si pretende tener fuerza en el board.

Caputo también tendrá reuniones con el ministro de Finanzas de Alemania, Christian Lindner; con el Secretario General de la OCDE, Mathias Cormann. Promediando la tarde, se espera que ese foro global publique su comunicado final con perspectivas económicas globales.