Cada anuncio de subsidios aumenta la demanda de dólares. Los inversores buscan cobertura porque tienen la certeza de que el esquema no se soporta sin devaluaciones post electorales. De hecho, el lunes Goldman Sachs pronosticó un dólar de $700 para fin de año y ayer JP Morgan elevó esa estimación a $750.

El mercado, en medio de rumores de un “dólar Vaca Muerta” luego confirmados para sustituir al dólar soja que vence el viernes, avanzó sobre la divisa en todas sus formas. Las alzas fueron notables en la plaza de contado y de futuros.

Al clima que provoca el desborde de las cuentas fiscales, se sumó el malestar de los mercados del mundo por la política monetaria norteamericana. Las principales Bolsas del planeta cerraron en baja, salvo la de Londres que finalizó neutra.

Los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años subieron su tasa de retorno a 4,56%, algo que no sucedía desde octubre de 2007. Por supuesto, el movimiento afectó a los mercados emergentes. El ETF que los representa cedió 1,4%. Brasil no solo vio bajar sus bonos de la deuda, sino que la Bolsa de San Pablo perdió 1,49%.

Los bonos argentinos no escaparon a esa tendencia y la suba del riesgo país no fue mayor porque el Banco Central protege de la caída a los bonos que utiliza para intervenir al dólar financiero. De esta manera, aumentó 17 unidades a 2.385 puntos básicos.

La Bolsa local padeció su sexta baja consecutiva. Con moderados negocios por poco más de $10 mil millones, el S&P Merval retrocedió 0,96% en pesos y 2,7% en dólares. La diferencia marca el crecimiento del precio de la divisa que el Banco Central no pudo contener a pesar de colocar USD 40 millones en bonos.